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Muchos reclaman la falta de imparcialidad y objetividad en los medios de comunicación y en quienes tenemos la oportunidad de plasmar nuestras opiniones, este es un reclamo usual de una parte de la población que se define como “apolítica” o neutral.
Me atrevo a afirmar, sin embargo, que ser objetivo es imposible. Primero, las personas somos por regla general subjetivas, estamos condicionados por nuestros valores, intereses y emociones que van a condicionar, a su vez, nuestra opinión de una u otra manera. La única forma de ser objetivos sería convertirnos en robots.
En segundo lugar, para ser objetivo es necesario estar completamente informado, conocer toda la información sobre el tema en particular, algo de por sí casi imposible hoy en día debido a la gran cantidad de información existente y a lo difícil que sería procesarla toda, por lo que sustentamos nuestras opiniones sobre la base de información incompleta, lo que hace imposible, nuevamente, que seamos completamente objetivos.
Me piden objetividad al opinar, pero no puedo hacerlo pues soy por definición un ser subjetivo; puedo, eso sí, opinar con la verdad, sin mentir, en base a mi experiencia individual y a mi criterio, luego lo que escriba será recibido por el lector que formará su propia opinión particular sobre el tema y decidirá si está de acuerdo o no.
Una columna de opinión no podrá ser nunca objetiva, es imposible reemplazar la subjetividad innata de nuestras vivencias, lo que si tiene que ser es verás, clara, documentada en lo posible y con opiniones sustentadas.
Las personas que nos piden objetividad suelen dejarse llevar por sus prejuicios y preferencias, en su vida diaria son subjetivas y se inclinan por una idea u otra sin aportar argumentos de peso, como decir ciegamente que su equipo de futbol es el mejor o, cuando opinan sobre la honestidad de algún político basándose únicamente en lo que ven los medios.
Lo mejor que podemos hacer es intentar ser objetivos con la información que manejamos, debemos de reflexionar y evaluar nuestras posturas con los datos recibidos y una vez evaluados plantearnos todas las posibilidades para emitir una opinión, y es muy probable que algunas veces, transitando el camino de reflexión y evaluación cambiemos de ideas o creencias.
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