Voto ciudadano y firma electrónica

Ramiro Prialé

Decíamos en artículo previo (Perú, una visión de futuro – I ) que la RENIEC podría en un futuro «ligar el DNI electrónico ya masificado a una billetera electrónica multiplataforma. Esto permitiría por ejemplo que el Estado, a través de los programas sociales apoyar a las poblaciones más vulnerables y, por primera vez, acreditar fondos, directamente a la cuenta personal de cualquier peruano a costo cero».

Eso podría llegar antes de lo pensado, tras una medida reciente anunciada por la RENIEC que apunta en la dirección correcta. La institución ha anunciado que el nuevo DNI electrónico podrá leerse con o sin lector de tarjetas.

Pero además de este nuevo documento físico, la RENIEC ha anunciado también un aplicativo para celular smartphone que permitirá contar con la versión virtual del DNI en el propio celular.

Las implicancias para la Banca y el comercio electrónico gracias a la firma electrónica de documentos son evidentes pero en el muy corto plazo el nuevo DNI electrónico físico o en el celular, pueden tener un gran impacto en el futuro de la reforma política.

Todo el turbio y largo proceso de validación y análisis de papeles con firmas duplicadas requerido para el registro de partidos políticos ha dado lugar a serios cuestionamientos en el pasado. La sospecha de tráfico de firmas, la facilidad con la que algunos partidos políticos cambian de fachada y la existencia de partidos vientres de alquiler surgidos como negocio y sin presencia real en la vida nacional son una resultante y parte del problema que la Reforma política quiere corregir.

Si hay algo que la ONPE podrá desarrollar de inmediato es un «kit electoral en línea».

Toda nueva agrupación política podrá recoger firmas de adherentes, las que podrán acreditarse de inmediato como válidas ante la ONPE gracia al DNI virtual (en el celular) y a través del aplicativo de kit electoral específico – idealmente un dApp sobre Blockchain para garantizar su auditoría pública – el que se conectará con el Registro Único de Personas Naturales de RENIEC.

La sola firma electrónica acreditará también la voluntad del afiliado para desafiliarse de cualquier organización política previa, siendo tarea posterior de la ONPE la depuración de los padrones afectados, que asumimos deberían estar digitalizados hace décadas.

Otro ámbito de aplicación inmediato es en el mecanismo de Referéndum o consulta popular que podrá ejecutarse también en línea bajo una modalidad de acreditación de firmas, similar y con gran ahorro para el Estado.

Esto implica para los colectivos y agrupaciones interesadas también una significativa reducción de los costos de registro y recolección de firmas a nivel nacional, costo que ha sido una alta barrera de entrada a la participación ciudadana, sin mencionar las enormes dudas sobre la transparencia del registro y la verificación de firmas.

El DNI electrónico en el celular será también sustantivo para el futuro de los contratos inteligentes que permitirán acreditar la identidad digital de activos y su gestión bajo tecnología Blockchain.

La ciudadanía debe continuar con la presión en las calles y los medios, por la reforma política. Se trata de un cambio fundamental para el nuevo siglo de vida republicana que se inaugura el 2021.

La corrupción vivida en el Perú ha sido y es un delito intergeneracional sostenido por reglas hechas a la medida de una clase política delincuencial que hoy «terruquea» la indignación popular surgida tras Lava Jato y  el evidente saqueo al Estado Peruano perpetrado por décadas.

Cuatro ex-presidentes con prontuario y uno que se suicidó antes que lo capturen, no son casualidad. Aquí no hay «conjuras marxistas leninistas» que no tienen ni partido ni representación parlamentaria, ni de izquierdas fragmentadas que se patean solas. Es solo sentido común, indignación; la reacción ciudadana desde de la decencia frente al oprobio del desfalco y la corrupción con fuerza y poder en el Congreso.

De nosotros depende que esta reforma política se consolide y permita nuevas reglas de participación ciudadana y fortalecimiento de partidos políticos.

Reglas transparentes que marquen un nuevo horizonte democrático, más allá del 2021.