De regreso a la selva, disidentes de las FARC retoman la lucha armada en Colombia

Imagen de archivo de Iván Márquez hablando durante una conferencia de prensa en Bogotá, Colombia. 10 de abril, 2018. REUTERS/Jaime Saldarriaga

BOGOTÁ (Reuters) – Líderes de la guerrilla de las FARC que se habían desmovilizado anunciaron el jueves que volverán a la lucha armada en Colombia por considerar que no se honró un acuerdo de paz, una decisión que amenaza con reactivar un largo y cruento conflicto interno.

En un largo video, Iván Márquez, quien durante más de cuatro años negoció un pacto entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos para acabar una guerra que ha dejado más de 260.000 muertos y millones de desplazados en más de medio siglo, dijo que fueron traicionados por el Estado.

“La perfidia, la modificación unilateral del texto del acuerdo, el incumplimiento de los compromisos por parte del Estado, los montajes judiciales y la inseguridad jurídica, nos obligaron a regresar al monte”, sostuvo Márquez, quien apareció vistiendo un traje verde oliva desde, según dijo, la selva amazónica.

“Es la continuación de la lucha guerrillera en respuesta a la traición del Estado a los acuerdos de paz de La Habana”, afirmó rodeado por otros jefes rebeldes.

En el video aparece también el prófugo excongresista del partido político FARC Seuxis Pausias Hernández, conocido como “Jesús Santrich” y pedido en extradición por Estados Unidos por cargos de narcotráfico, y otros antiguos comandantes de línea dura del grupo como Hernán Darío Velásquez, alias “El Paisa”.

Después de conocerse el video, el gobierno de Iván Duque solicitó a la justicia reactivar las órdenes de captura contra esos líderes rebeldes, a quienes acusó de romper la paz.

Estas personas “están desafiando el Estado de derecho, deben ser capturadas y se les debe aplicar todo el peso de la ley”, dijo a Caracol radio el alto comisionado para la paz del Gobierno, Miguel Ceballos.

El anuncio del jueves es el mayor golpe al acuerdo de paz firmado en 2016, y amenaza con aumentar la violencia y ataques de los grupos armados, pero también con incrementar los asesinatos y represalias contra los exguerrilleros devenidos en políticos que se integraron a la sociedad como parte del pacto.

Justamente el partido político creado cuando se desmovilizó el grupo rebelde, la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, lamentó la decisión de Márquez y otros líderes y aseguró que respetará los acuerdos de paz.

“Las grandes mayorías seguimos comprometidos con lo acordado, aún con todas las dificultades o peligros que se avizoran, estamos con la paz”, dijo en su cuenta de Twitter el presidente del Partido FARC, Rodrigo Londoño, el excomandante en jefe del grupo guerrillero.

“El acuerdo de paz nadie, nadie lo va a hacer trizas y si así lo hacen, recogeremos cada pedacito y lo reconstruiremos”, agregó Londoño, más conocido como “Timochenko”.

UNIENDO FUERZAS CON EL ELN
Los disidentes, que mantienen el acrónimo FARC, dijeron que buscarán coordinar esfuerzos con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y que sus acciones tendrán en la mira a “la oligarquía excluyente y corrupta” con una nueva modalidad en la que responderán a la ofensiva militar evitando atacar a policías y soldados.

Según fuentes de seguridad, las disidencias de las FARC al mando de Márquez contarían con al menos 2.200 combatientes.

Márquez afirmó que en la nueva fase del levantamiento de armas excluirán el secuestro como fuente de financiación y que dialogarán con empresarios, ganaderos, comerciantes para buscar su contribución económica, aunque mantendrán el cobro de recursos a las economías ilegales y a las multinacionales.

En el largo manifiesto, el jefe rebelde anunció que lucharán contra la corrupción, se opondrán al uso de la fracturación hidráulica para extraer hidrocarburos y buscarán la instalación de un nuevo gobierno a favor de la paz, incluyendo una asamblea constituyente para impulsar cambios políticos y sociales.

“El inicio de un nuevo grupo guerrillero por parte de Iván Márquez es un evento políticamente significativo, pero en este momento no altera el perfil de seguridad o los riesgos del país”, dijo Sergio Guzmán, analista de Colombia Risk.

El acuerdo de paz permitió que más de 13.000 miembros del grupo guerrillero, incluidos casi 7.000 combatientes, depusieran las armas, se sumaran a la sociedad y debutaran en la política.

Pero con el paso de los meses muchos se apartaron del acuerdo alegando incumplimientos y comenzaron actividades de narcotráfico y minería ilegal en selvas y montañas, en donde también han atacado a efectivos de las Fuerzas Militares.

Aunque el acuerdo de paz permitió reducir considerablemente los asesinatos, las masacres, los secuestros y los ataques contra las Fuerzas Armadas y la infraestructura económica del país, la conservadora sociedad colombiana continúa dividida entre quienes apoyan la reincorporación de los exguerrilleros a la sociedad y quienes quieren verlos en prisión.

Reporte de Luis Jaime Acosta. Editado por Ricardo Figueroa y Pablo Garibian