Inesperado apoyo a las universidades públicas

Federico Prieto Celi

Hasta el momento han sido aprobadas cuarenta universidades públicas, un número elevado si pensamos que hace siete décadas eran menos de diez. Estando así las cosas, un decreto supremo, firmado por el presidente Vizcarra, como corresponde, ha dispuesto que el Ministerio de Educación forme una comisión técnica que deberá elaborar un plan de emergencia para cada una de las universidades públicas que no sean licenciadas hasta diciembre próximo por la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu).

El Ministerio de Educación tendrá diez días hábiles para formar la comisión técnica de cada universidad nacional no licenciada, a la vista de las observaciones de la Sunedu. Esta comisión técnica tendrá 45 días calendario para elaborar el plan de emergencia. A partir de entonces, la universidad nacional en problemas tendrá un año para elevar su calidad de servicio, para que pueda recibir el licenciamiento de la Sunedu.

El conteo de los hitos del itinerario para elevar la calidad se inicia un semestre después de haber recibido la negativa de la Sunedu y no podrá excederse de dos años calendario. Eso nos lleva hasta diciembre de 2021, siempre que el plazo final de cierre decretado por la Sunedu no sea antes. Por último, si pese a todo no se lograr regularizar el nivel deseado, el Ministerio de Educación entregará la casa de estudios a la Contraloría General de la República.

En pocas palabras, las universidades nacionales que no reciban el licenciamiento en diciembre de 2019 tendrán dos años más para adecuarse a las condiciones básicas de calidad exigidas por la SUNEDU, por lo menos hasta diciembre de 2021. Las 21 universidades privadas que no han sido licenciadas, en cambio, deberán liquidarse; y tendrán que colocar a sus estudiantes en otros centros de estudio, para continuar sus carreras universitarias. Ello obliga a las universidades licenciadas, sean privadas o públicas, a participar en la solución del traslado de esos miles de estudiantes que se han quedado prácticamente en la calle.

El Ministerio de Educación, que recién se pone las pilas en este reto, tendrá que considerar que el Tesoro Público deberá elevar el presupuesto de 2020 para cada universidad, con el fin de llegar al nivel de calidad mínimo exigido, y subsanar las observaciones que a pesar del licenciamiento puedan recibir de la Sunedu, que se dispone a revisar ahora facultad por facultad de todas las universidades, para darles un licenciamiento puntual a cada una, comenzando por las facultades de Medicina.

Al parecer, el primer trimestre de 2020 es un tiempo para crear nuevas universidades y nuevas facultades, una oportunidad que puede ser aprovechada para resolver la demanda creada por el cierre de esas 21 universidades privadas, y las que en los meses que quedan de 2019 puedan recibir el mismo trato, sean de la naturaleza que sean.