El dinero de los líderes socialistas

Federico Prieto Celi

La denuncia del diácono permanente argentino Jorge Sonnante, hecha en agosto de 2018, de que destacados gobernantes socialistas de América Latina han depositado dinero en el IOR -Instituto para Obras de Religión del Estado Ciudad del Vaticano- ha sido presentada en programas de canales de televisión de señal abierta de varios países, pero no ha trascendido a los diarios peruanos, que yo sepa, ni ha sido motivo de polémica, más allá de un desmentido oficioso ad hominem, y la afirmación genérica de que la información era falsa.

Los depositantes de dinero en el IOR serían los socialistas Cristina Fernández de Kirchner, Michelle Bachelet, Evo Morales, Lula da Silva, Rafael Correa, Hugo Chávez, Diosdado Cabello Rondón y Nicolás Maduro, y Daniel Ortega. [Están también Juan Manuel Santos, que negoció con uno de los grupos guerrilleros colombianos su paso de la clandestinidad a la política; Enrique Peña Nieto, presidente mexicano del PRI; Hillary Clinton, demócrata propulsora de la sociedad hedonista; y George Soros, el 16° hombre más rico del mundo, principal financiador de la expansión de la ideología de género].

La denuncia incluye las cantidades exactas con las fechas de los depósitos y el número de las cuentas, así como el nombre de los titulares de las cuentas que, cuando no son del ex político socialista, lo son de una ONG, compañía o institución cercana al susodicho. También hay algunas cuentas de familiares, como esposa o hijos del gobernante.

El procedimiento de lavado de dinero -porque eso se presume que es-, en uno de los paraísos fiscales más importantes del mundo, es sencillo. El poseedor de dinero puede hacer el ingreso de la plata en un banco cualquiera en el que el IOR tenga acciones; son bastantes y están en varios países. Puede recurrir al diplomático encargado de los asuntos del IOR en cualquier nunciatura, quien tiene la tarea de gestionar el ingreso. O acercarse personalmente a la ventanilla del IOR y depositar su dinero en efectivo.

Jaime Bayly también ha denunciado en su programa de televisión este suceso, en unos casos concretos, coincidiendo con Jorge Sonnante, lo que permitiría pensar que hay dos fuentes de la noticia: el mismo IOR en el caso del diácono permanente, ya que ha trabajado varios años recogiendo información e investigando el funcionamiento de esa entidad; y un funcionario de los organismos financieros de los Estados Unidos, que habría filtrado la noticia, en el caso del periodista peruano, que vive en Miami. Cabe pensar también que ambos denunciantes se han comunicado previamente para dar la impresión de que hay dos fuentes distintas, pero solamente hay una.

Las cantidades van de cientos de miles hasta cientos e incluso miles de millones de euros. Es mucho dinero, quizás demasiado en algunos casos, para ser cierto. La finalidad del diácono es desprestigiar el IOR; la del periodista peruano demostrar que los gobernantes socialistas latinoamericanos hablan de los pobres pero se llevan la plata a sus cuentas bancarias.

El hecho de que en diciembre de 2018 el vocero del Vaticano, Greg Burke, y su adjunta Paloma García Ovejero renunciaran a sus cargos -en medio de un momento conflictivo en la actual Curia Romana- puede tener relación con la denuncia de  Jorge Sonnante pocos meses antes. En la era de las comunicaciones -y de las investigaciones periodísticas internacionales- los simples ciudadanos de a pie nos hemos quedado con la duda de qué habrá de cierto o de falso en todo esto, teniendo en cuenta que las campañas de desinformación de los estados son hoy el pan de cada día.