¿Sabe usted cómo se captura a los cerdos salvajes?

Parábola de análisis

Primero se localiza un lugar en la floresta al que los cerdos salvajes suelen ir, y allí se coloca diariamente un poco de maíz en el suelo.

Así, los cerdos salvajes vienen todos los días a comer el maíz “gratis” y, cuando se acostumbran a venir diariamente, usted va construyendo una cerca alrededor del lugar donde se acostumbraron a comer, un lado por vez… Cuando ellos se acostumbran a un lado de la cerca, vuelven para comer el maíz, y usted construye otro lado de la cerca… Ellos vuelven a acostumbrarse y vuelven a comer. Usted va construyendo la cerca alrededor, poco a poco, hasta instalar los cuatro lados del cercado alrededor de los cerdos. Al final, instala una puerta en el último lado. Los cerdos ya están habituados al maíz fácil y a las cercas, y así comienzan a venir solos por la entrada.
Es entonces cuando usted cierra el portón y captura a todo el grupo. Así de simple, paso a paso, hasta que en el último segundo los cerdos pierden su libertad. Ellos comienzan a correr en círculos dentro de la cerca, pero ya están presos. Después, comienzan a comer el maíz fácil y gratuito. Se acostumbran tanto a eso que se olvidan de cómo cazar por sí mismos, y por eso aceptan la esclavitud. Incluso, se muestran agradecidos con sus captores y, durante generaciones van felices al matadero. Ni siquiera desconfían de que la mano que los alimenta es la misma que los mata.
Los gobiernos populistas, en sus proyectos dictatoriales, escondidos bajo el manto “democrático”, han estado lanzando maíz gratuito durante tiempo suficiente para alcanzar la mansedumbre sistemática.

Y cada nuevo gobierno “salvador” disfraza de “programas sociales” sus limosnas, da dinero que saca del bolsillo del propio trabajador, realiza misiones, planes, indulgencias, leyes de “protección”, subsidios para cualquier cosa, expropiaciones indebidas, programas de “bienestar social”, fiestas, ferias o festivales, uniformes, pan y circo, transporte “gratis”. ¡Gratis!
La “gratuidad” que ofrecen tales estafadores disfrazados de políticos llena de felicidad a un pueblo mal acostumbrado a las migajas del maíz fácil y “gratuito”. Sin embargo, nos roban la capacidad de ser críticos y emprendedores. Claro que nada sale “gratis”. Toda esa “ayuda” gubernamental se opone al futuro y a la democracia. Ante esto, usted puede abrir los ojos.  O cruzarse de brazos, comer el maíz… y esperar la matanza.