¿Por cuál mentiroso votar?

Raúl González Lastarria

“La política y la lengua inglesa” es un ensayo del escritor George Orwell publicado en 1946 y ya en esa época el escritor pensaba que todos los partidos políticos sin excepción tienen a la mentira como bandera.

“El lenguaje político está diseñado para que las mentiras suenen como verdades, que el crimen parezca respetable y para darle consistencia a lo que es puro viento”, escribía Orwell hace siete décadas con la autoridad que le confería el ser testigo de las manipulaciones y argumentos que usaron los políticos de la época para justificar las dos guerras mundiales y las atrocidades cometidas en ellas, desde las purgas estalinistas hasta el holocausto perpetrado por los nazis. El escritor indicaba que la mentira en la política era algo propio de su tiempo.

Parece que nada ha cambiado y su ensayo se mantiene vigente acomodándose a nuestro tiempo y realidad. Basta con escuchar a casi todos los que ahora compiten por llegar a ser padres de la patria; sus ofrecimientos y ofertas exceden, en la mayoría de los casos, las funciones congresales y más aún, con el corto tiempo que tendrá el congreso que se elija este 26 será más que imposible que puedan cumplir con aquello que prometen.

Para ellos, faltar a la verdad es tan solo una estrategia para ser electos, mienten de manera consciente engañándose a sí mismos bajo el precepto de que esa mentira sirve para los intereses del país además de ser justificable si es que contribuye a reforzar su ideología, la moral no interesa.

Vivimos en tiempos de la cultura de la deshonestidad, las mentiras que los políticos le cuentan a la gente son el tipo de engaño que al final perjudica a la democracia y dan pie para que aparezcan nuevos políticos –mentirosos también- que usan el hartazgo de la gente para convencerlos con discursos incendiarios exigiendo cambios radicales ofreciendo cosas que no podrán cumplir.

Dicho todo lo anterior, ¿por quién votar? Estoy en el grupo del los que no creen en nadie de los que se presentan, no he escuchado siquiera a uno tener planteamientos sólidos más allá del discurso ya trillado de “acabemos con la corrupción”, pienso que de todos los aspirantes no hay uno solo que tenga las cualidades para representarme, pareciera que ninguno conoce la realidad nacional, solo dicen lo que la gente quiere oír.

Como van las cosas y con los políticos que tenemos soy pesimista con el futuro de nuestro país.