Una ciudadanía consciente

Los ciudadanos, las personas normales, los miles de anónimos; no pueden seguir profundizando las divisiones que  se han marcado a lo largo de su historia. Ha llegado el tiempo de integrar un proyecto compartido de ciudadanía  y expresarlo en un Modelo Integral de Desarrollo Urbano, ético y socialmente  Sustentable.

Múltiples estudios confirman que la violencia que azota a las ciudades de nuestra patria  de manera permanente, es el resultado de las profundas asimetrías en recursos y oportunidades, de la inaceptable injusticia que agrede a las familias, de la insoportable corrupción e impunidad con la que los gobiernos nos humillan todos los días. Es también resultado de las complicidades tejidas entre funcionarios de gobierno y organizaciones criminales, basadas en la protección brindada a los corruptos y la impunidad que les aseguran las autoridades. (en todas las instancias, gobierno nacional, regiones y municipios, claro está)

Para recuperar la paz y la seguridad en las ciudades, nuestra  visión pasa por una  invitación abierta a todos los ciudadanos de la nación a participar en el diseño de una Estado, de una región de una ciudad equitativa y justa, honesta y honorable, con base en las necesidades, aspiraciones y contribuciones de las personas que la habitamos. Una ciudad en la que la corrupción y la impunidad no sean vistas como elementos normales de nuestra sociedad o elementos de la “genética” de nuestro pueblo.

Los ciudadanos no nacen corruptos. La injusticia, la corrupción del gobierno y las malas prácticas culturales, son los factores que han pervertido nuestro comportamiento como sociedad. En una nación, en una  Ciudad Consciente, los habitantes deben formarse para hacer un uso inteligente, honesto y sustentable de los bienes comunes, no para abusar y atropellar a los demás en la primera oportunidad que se les presenta. En la Ciudad consciente no aplica el dicho que reza “el que no tranza, no avanza”, que retrata nuestra lamentable evolución histórica y patético presente.

El  ciudadano  consciente no tendrá tolerancia ni complicidad, protección ni asociación con las redes de corrupción que hoy se encuentran a la vista de todos: ambulantaje, piratería, narcomenudeo, licencias de giros negros, prostitución infantil, violaciones a usos de suelo, ecocidios, despojos y un larguísimo etcétera.

El nuevo Modelo de Desarrollo, tendrá que ser el resultado de la adecuada conjunción de anhelos y capacidades entre ciudadanos y gobierno, para construir la Nación Digna y Ejemplar que Queremos. Una Nación, una población sin gobernantes corruptos, ni criminales impunes. Una ciudad sin la violencia protegida y propiciada por las redes de complicidad tejidas a lo largo de los años por administraciones que no quieren a la ciudad ni a la Nación.

En el nuevo modelo la ciudadanía  integra visiones mediante los procesos de participación civica entre los que se destacan los de planeación y presupuesto participativos, para privilegiar los intereses colectivos, recuperar los espacios públicos, brindar oportunidades de educación, empleo, cultura, deportes y recreación en nuestros barrios, para fortalecer las comunidades y crecer todos juntos en armonía.

La diversidad de visiones no debe conducirnos al conflicto, sino al enriquecimiento colectivo en la percepción de los problemas, el planteamiento de soluciones, la identificación de oportunidades y el desarrollo de acciones orientadas a construir una mejor ciudadanía  para todos, todos los días, en todas partes.

Necesitamos Ciudadanos que construyan comunidades!!.

La sociedad está fracturada. La pérdida de oportunidades y la pobreza asociada, han conducido a un deterioro acelerado y severo de la calidad de vida de la mayoría de los habitantes de la ciudad. La comunidad que hoy se encuentran dividida se puede reconstruir sólo mediante la voluntad y el esfuerzo sostenido de los ciudadanos, contando con el apoyo del gobierno. Tengo una visión de gobierno sustentada en la inversión permanente de los recursos gubernamentales en programas de educación, formación ciudadana, creación de oportunidades, recuperación de espacios públicos, inversión para el desarrollo económico de las micro y pequeñas empresas barriales; complementada con los programas de expresión artística y fomento a la cultura, el desarrollo de prácticas deportivas y recreativas como elementos de cohesión social.