La población adulta mayor en el Perú

En la actualidad, en momentos dramáticos, de coronavirus y otras enfermedades insurgentes, es bueno reflexionar sobre nuestra población adulta mayor, quizás los más vulnerables frente a los problemas de salud, que en otras latitudes, incluso en el mundo más desarrollado, viene sufriendo consecuencias dramáticas. Esto lo traemos a colación porque en el último medio siglo la población peruana ha venido experimentando cambios importantes, en ese proceso natural de transición demográfica, que se torna mayormente dinámico, con tendencia hacia una población más envejecida. La esperanza de vida al nacer, que hace medio siglo atrás bordeaba los 50 años de vida, en promedio, ahora se ha incrementado y supera los 76 años, que esperaría vivir un peruano que nace hoy, consecuencia de las mejoras en la atención de la salud, y los avances en su cobertura, engrosando la población adulta mayor, que según los criterios adoptados por la Naciones Unidas, adulto mayor se considera aquel grupo poblacional de 60 y más años de edad.

En el Perú, consecuencia de los cambios demográficos, la estructura por edad y sexo ha variado sustantivamente. Por los años cincuenta del siglo pasado la población peruana mayoritariamente estaba integrada por menores de 15 años de edad, de cada cien personas, 42 eran menores de dicha edad, ahora resalta el dato creciente de población adulta mayor, representando más del 12% de la población total del país.

Los resultados de los Censos de Población 1993, 2007 y 2017, grafican estos cambios y el proceso de transición demográfica. En el Censo de 1993, la población de 60 y más años de edad, representaba el 7,0%, se elevó a 9,0% en el Censo del 2007, y aumentó a 12,0% de la población total en el 2017, según los resultados del Censo de Población de dicho año.  Es evidente que estos cambios van acompañados de la disminución de las tasas de fecundidad y por supuesto, una menor proporción de población menor de 15 años.

En el Perú se estima, al año 2020, la población de adultos mayores asciende a 3,9 millones de pobladores, hombres y mujeres, de 60 años y más de edad. Grupo etáreo de la población, que en muchas circunstancias es bastante vulnerable en nuestra realidad actual. Población que depende (o debería depender) de la fuerza económica de las poblaciones jóvenes, mayoritarias en nuestro país. Que demandan de ellos, de los que trabajan, principal atención y protección, en materia de salud, previsión social y cuidados de diferente naturaleza. Población que exhibe altas tasas de discapacidad y aún pobreza. Son nuestros padres, madres, abuelos, bisabuelas, que nos exige la obligación de cuidarlos y protegerlos, por ser forjadores de nuestra existencia, más aún en reconocimiento o recompensa a su esfuerzo por construir un Perú mejor para todos. En el Perú hoy, cerca del 43% de los hogares peruanos tienen entre sus miembros una persona de 60 y más años de edad, en Lima Metropolitana alcanza el 48% de hogares, y en el área rural más del 42% de estos hogares, dada la intensa e indetenible migración de los más jóvenes a las ciudades e incluso al exterior.

Más aún, para tener muy presente, el 28% de hogares peruanos tienen como jefe o jefa de hogar a un adulto mayor, hombres o mujeres, que aún a pesar de la edad tienen que solventar las necesidades primarias del hogar que conducen. De estos hogares, conducidos por adultos mayores, cerca del 48% son hogares nucleares, es decir, constituidos por la pareja, hijas, hijos o sin hijos. El 25% de hogares conducidos por adultos mayores son hogares extendidos, es decir, aquellos, a los cuales se agregan otros parientes. Lo más preocupante es que el 22% de hogares conducidos por adultos mayores son hogares unipersonales, que viven solos a su suerte o fortuna.

Estas líneas buscan, dadas las circunstancias actuales, poner especial atención en esta población vulnerable de cerca de 4 millones de peruanos y peruanas, muchos de ellos en condición de alta vulnerabilidad, que en nuestra mente y por supuesto en las políticas públicas, por obligación, merecen principal atención, frente a cualquier circunstancia o drama nacional.