La demografía peruana y la crisis sanitaria

Los cadáveres de fallecidos por Covid-19 son abandonados en patio del Hospital Hipólito Unanue

La demografía es una parte de las ciencias sociales que se encarga de estudiar a la población, su evolución, su composición, su estructura, sus tendencias. Es una ciencia imprescindible para diversas ramas de la vida social, la salud, la educación, el empleo, el crecimiento económico, identifica las vulnerabilidades de la población, en edad, sexo, discapacidad, etnicidad y otras variables importantes, todas las actividades sociales, económicas y ambientales tienen como su componente principal, la población.  Ahora bien, la demografía del país ha cambiado sustancialmente en los últimos diez años, el Perú tiene un nuevo rostro, la fecundidad disminuye, nacen menos niños, la mortalidad aumenta ligeramente, crece la población adulta mayor, las migraciones no se detienen. Lo evidencian las estadísticas provenientes de las encuestas especializadas, especialmente la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar, los resultados de los Censos Nacionales 2017, los registros de la administración pública, fuentes a partir de las cuales se ha podido construir las nuevas proyecciones y estimaciones de la población, la nueva demografía del Perú.

En el año 2020, la población peruana se estima en 32 millones 626 mil habitantes[1], con datos desagregados a todo nivel: nacional, regional, provincial, distrital, sexo, edades simples.  En este año se estima tendremos 9 Millones 603 mil menores de 0 a 17 años de edad (que debemos proteger, educar y preservar su salud), 4 millones 140 mil adultos de 60 y más años de edad (que demandarán asistencia y protección social), y 18 millones 883 mil pobladores entre 18 y 59 años de edad (nuestra gran fuerza de trabajo), así para cada ámbito geográfico. La demografía del país nos señala que en este año tendremos 568 mil nacimientos, 192 mil defunciones (sin el COVID 19, que hay que agregar), y una migración neta positiva de 57 mil pobladores. Por tanto, en el año 2020 la población habrá crecido en 433 mil habitantes. Implicará más médicos y enfermeros por habitante, más camas por habitante,  más aulas para enseñar, más maestros por habitante. Más alimento por garantizar, más medicinas, más empleo, y un etcétera mayor.

Sin la demografía rigurosa y  actualizada estaríamos ciegos, el país felizmente la tiene, y debe ser lo mejor aprovechada. En los últimos tres décadas, el país ha sufrido, cada diez años, impactos desbastadores de la naturaleza, sin contar las desgracias de cada año: inundaciones, sequias, heladas. En los años 1997-98, más de la mitad del país sufrió los embates del Fenómeno de El Niño, que dejó destrucción y muerte, diez años después un gran terremoto en el 2007, asoló el sur chico peruano, con su epicentro en Pisco, una década después el 2017, un repentino Niño costero afectó a más de 800 distritos del país. Este 2020 el COVID 19, nos dejará muerte y crisis económica.

Esta realidad de crisis sanitaria que vivimos, nos servirá hacia adelante para estar mejor preparados ante otra eventual desgracia, o nueva pandemia, así como planificamos la marcha económica del país para el corto, mediano y largo plazo, así se tendrá que planificar y construir el sistema de salud futuro. Un ingrediente consustancial de este proceso deberá ser la demografía del país que hay que actualizarla permanentemente, porque es cambiante. Si ahora vivimos la situación de un sistema de salud al borde del colapso y con grandes problemas logísticos, de infraestructura, de recurso humano, es necesario hacia adelante planificar y ejecutar un Censo de Infraestructura de Salud minucioso y previsor. El país necesita, incluso una gran Encuesta Nacional de Salud, que empiece quizás ahora mismo para dimensionar la pandemia del COVID 19, como se planifica en otros países (España, India), tenemos un buen antecedente en la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar, que nos señala que no partimos de cero, y estaremos mejor preparados para un próximo remesón, que no sabemos de dónde vendrá.  

Los datos de salud combinados con los demográficos ayudan a detectar y focalizar los males que afectan a la población peruana. El 22% de pobladores no tiene ningún seguro de salud, el 37,5% de la población presentó algún problema de salud crónica y el 45% de ellos buscó atención médica (al III T 2019). El 14,8% de peruanos de 15 y más años de edad sufren de presión arterial alta, el 9,5% tienen hipertensión, el 3,6% sufren de diabetes mellitus, el 37,3% tienen sobre peso, el 22,7% obesidad y el 66,0% exceso de peso. Sin mencionar la tuberculosis, el cáncer, y otras enfermedades transmisibles[2].  Después de la pandemia que vivimos, estimo, el Perú pondrá en primer lugar, y por encima de todo, a la salud pública, para el bien de todos los peruanos.

[1] INEI: “Perú: Estimaciones y proyecciones de la población nacional, 1950-2070. Boletín de Análisis Demográfico N° 38.  Mayo 2019.
[2] INEI “Perú: Enfermedades No transmisibles y Transmisibles, 2018”. Lima, mayo 2019