Cien Años de Soledad

Me gustaría referirme a la famosa novela del escritor colombiano Gabriel García Márquez, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1982, pero esta no es una crítica literaria sobre la historia de José Arcadio Buendía ni tampoco vivimos en Macondo. Este artículo es una llamada de atención a los cien años de abandono que vive nuestra república, que a excepción de algunos pocos presidentes que han asumido su deber y cargado en la espalda el trabajo que implica tan alto cargo, la mayoría de ellos han sido incapaces de cumplir sus promesas o culparon de sus fracasos a sus predecesores.

La semana pasada, el Presidente, en una de sus acostumbradas conferencias de prensa, dijo: “nos exigen que se resuelvan los problemas del país en cien días, los que no se han resuelto en cien años”. No señor Presidente, no queremos ni pretendemos que Usted, que ni siquiera fue elegido para el cargo de Presidente, resuelva los problemas estructurales que ha tenido el país en los últimos 100 años, ni siquiera le estamos pidiendo que resuelva los problemas de las últimas 100 semanas desde que asumió la presidencia del Perú en marzo del 2018. Lo que estamos pidiendo es que por lo menos cumpla sus promesas y deje de echarles la culpa a los demás.

En una actividad en Supe, provincia de Barranca, departamento de Lima, en diciembre de 2018, el Presidente dijo: “Estamos trabajando intensamente para mejorar los servicios del Estado. Por eso, hace algunos días me comprometí con la puesta en servicio de un centro de salud u hospital por semana…..son entre 60 y 80 nosocomios que vamos a entregar el próximo año 2019, es más de uno por semana”. Por más que busqué cuántos de esos 80 se habían construido y puesto en marcha no encontré uno solo.

Si el Presidente hubiera cumplido lo prometido en Supe, cuando empezó la Emergencia Sanitaria en marzo de este año hubiéramos tenido 80 establecimientos más de salud de los que tenemos y se hubieran evitado cientos de muertes. Pero al Presidente no le conviene recordar sus promesas y en lugar de ello, prefiere culpar de su ineptitud a los demás. Primero fueron los peruanos que no guardaron la cuarentena, las amas de casa que salían a los mercados, las farmacias que subían los precios de las medicinas, luego pasó a culpar a las empresas que fabrican y distribuyen el oxígeno, terminando finalmente por amenazar con expropiar las clínicas si no aceptaban las tarifas de atención que le estaba imponiendo el Minsa. Me pregunto: ¿será que acaso el gobierno acepta la responsabilidad por alguna de las cientos de malas decisiones que se tomaron para combatir la pandemia? ¿Será que castigará a los involucrados en las decenas de casos de corrupción? ¿Se hará responsable de los más de 9,135 peruanos fallecidos por el Covid 19 o seguirá culpando a los demás?

No estoy pidiendo que seamos como Alemania, que empezó la pandemia con 28,000 camas UCI, como Corea del Sur con 5,500 camas UCI, o como Taiwán con 5,700, ya que sus realidades son otras, pero podemos ver a nuestros vecinos como Colombia con 5,300 camas UCI, México con 2,446, Chile con 1,500, Ecuador con 1,183 y Argentina con 950, en lugar de las 300 camas UCI que teníamos en marzo 2020. Podemos aprender de países como El Salvador  que está construyendo un nuevo hospital con 1,000 camas UCI para pacientes de Covid 19.

El presidente ha dicho que la historia lo juzgará, yo más bien creo que sus propios errores y su falta de liderazgo quedarán grabados en la memoria colectiva. La diferencia entre un gran líder y uno mediocre, es que el primero escucha y luego inspira a que lo sigan con su ejemplo; mientras el segundo quiere imponer su ideología con mentiras para ocultar su propia ineptitud.

No queremos que nos suceda como a Aureliano Babilonia que al terminar de descifrar la historia de los Buendía, se da cuenta que con ésta finaliza su propia historia y con él, la historia de Macondo; borrado de la memoria humana “porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra”. 

Como siempre me gusta terminar con algún comentario positivo, le propongo al gobierno para que se destine de manera permanente y no solamente mientras dure la emergencia sanitaria, la Villa Panamericana a Essalud o al Minsa, para que sea un gran complejo hospitalario y que la próxima vez que nos ataque una pandemia no sea con los pantalones abajo. ¿O es que alguno de ustedes cree que esto no volverá a suceder? ¿O que el Perú está suficientemente preparado para el próximo virus?