

Algunas personas mal informadas piensan que estupidez es sinónimo de insulto, con el que se pretendería ofender o agredir a alguien, y en arras del buen uso de este vocablo me permito transcribir lo que dice la Real Academia de la Lengua un su diccionario:
ESTUPIDEZ:
De estúpido y – ez,
1.- f. Torpeza notable en comprender las cosas.
2.- f. Dicho o hecho propio de un estúpido
Entendiendo entonces este significado y este concepto, en nuestro idioma, debo afirmar que el congresista que explica haber aprobado en su comisión la devolución de los aportes de la ONP, incurre conjuntamente que la comisión a la que alude, en una estupidez supina, al sostener como viable y, según él, plausible, este acuerdo.
Sostengo esta afirmación, basado en que estos aportes forman parte de los fondos previsionales, que están actualmente solventando las pensiones, que venimos recibiendo por razones de edad y al amparo de la ley, un importante sector de la población PERUANA. Una parte, repito, porque otra parte, es subsidiada con dinero propio del erario.
La estupidez se evidencia en que, “no entienden” que los fondos, de naturaleza solidaria, con los que se están pagando pensiones NO ALCANZAN para cubrir el 100% de nuestras pensiones, e insistir en ello sería agravar o incrementar el subsidio, el mismo que nos llega, gracias al aporte de todos los contribuyentes peruanos.
Además, estos “legisladores” adquieren patente de estúpido, cuando no comprenden que por la naturaleza de la ley vigente, desde su creación, estos aportes que hacen los trabajadores, NO van a cuentas individuales, como es el caso de las AFP, sino a un fondo común, por lo tanto, es IMPOSIBLE determinar cuánto y a quién se le debería devolver sus aportes.
Los estúpidos insisten en que es un “derecho” que se les devuelva a los aportantes, estos dineros, que el Estado estaría “apropiándose” como fue el caso de FONAVI, lo que es un disparate, ya que estas contribuciones son completamente diferentes tanto en sus fines como en su aplicación. (Aconsejo que se instruyan al respecto, aprovechando que tienen “asesores” – quienes deben servir de algo -)
La pasividad con la que los pensionistas escuchan a los fantoches de turno, también es una estupidez, de la que debemos sacudirnos, reaccionando de alguna manera, porque se trata de la “mísera pensión” con la que sobrevivimos, gracias a la generosidad de la familia que nos acoge. Es hora de demostrar que la vejez no es necesariamente sinónimo de estupidez.
Los antecesores de los estúpidos, en correspondencia a su condición, debilitaron el sistema de pensiones de la ONP, y crearon el negocio de las AFP, en el que solo ganaron los financistas y compañías de seguros, habiendo cambiado moco por baba el sistema pensionario. Esto es harina de otro costal que vale la pena analizar, claro, con gente que no sea estúpida.