Bienvenidos a “El Fracaso”

Esta semana quiero invitarlos a conocer mi hipotético distrito. Y digo mi distrito ya que vengo trabajando en él durante los últimos 40 años de mi vida.

Recuerdo cuando a principio de los ochentas, mi padre me llevaba al negocio ubicado en “El Fracaso” y yo le preguntaba de manera inocente si los huecos en las calles y la basura en las veredas eran algo nuevo o si era un tema recurrente. Mi padre, en su inmensa sabiduría, me respondía: “mira hijo, estos huecos y esta basura, están en las calles desde tiempos de tu abuelo y cuando yo me vaya, seguramente seguirán allí”.

Bueno, han pasado más de 40 años desde esa vez, mi querido padre ya no está conmigo y de acuerdo a sus proféticas palabras, los huecos y la basura siguen en las calles de “El Fracaso”. Diría que no solamente las cosas malas siguen igual, sino que han empeorado. Ahora las calles y veredas están invadidas de vendedores ilegales,  que a vista y paciencia de las autoridades y muchas veces con su consentimiento y contubernio, tienen la desfachatez de cerrar avenidas enteras al tránsito vehicular, para que ellos puedan vender su mercadería en el piso cual mercadillo se tratara. ¿Alguien dijo pandemia? ¿Distanciamiento social? Esos conceptos no existen en mi distrito.

Pero ¿cómo puede ser que uno de los distritos más ricos del país se encuentre en tan deplorable estado? Acompáñenme a recorrer brevemente su historia. El distrito fue creado por Resolución Suprema el 2 de Febrero de 1920, siendo su primer alcalde el Sr. Juan Carbone. Desde el principio fue un distrito populoso donde se albergó la antigua clase obrera, en las primeras unidades vecinales de Lima las cuales se llamaron El Porvenir y Matute. Rápidamente, el distrito crecería para darle cabida al crisol de razas peruanas, entre ellos los inmigrantes italianos, como los Donofrio, los japoneses como los Furukawa y Miyasato y los europeos como mi abuelo José. También fue donde se vio la primera migración andina que llegaban hasta La Parada y se instalaron en sus cerros.

Fueron precisamente esos migrantes, quienes instalaron pequeños talleres en las cuadras 5 y 6 del Jr. Agustín Gamarra y que darían inicio a lo que hoy se conoce como el Emporio Comercial de Gamarra. ¡Cuanto llegó a crecer Gamarra, que hoy día (número pre pandemia) trabajan 100,000 personas, generando ventas totales de alrededor de 8,500 millones de soles, siendo las MYPES quienes generan el 65% de las ventas totales!

Pero “El Fracaso” no solamente es sede de Gamarra, también lo es de La Parada, El Mercado de Frutas, 52 centros educativos, 30 centros de educación superior, el hospital Almenara, el más grande el país; además de la red de hospitales de Essalud Grau. Podemos encontrar 420 empresas de transporte de personas y de carga con el consiguiente caos que esto representa. Y si queremos comprar repuestos para nuestros vehículos, el distrito, es el centro de ventas de autopartes de la capital. Pero si nuestra movilidad consiste en una bicicleta, también encontraremos a los importadores y distribuidores de bicicletas más grandes del país. Y por supuesto no olvidemos que es sede de uno de los clubes de futbol más representativos, el de los “Íntimos”.

En resumen, el distrito es sede de miles de comercios que tributan millones de soles al año en impuestos prediales, arbitrios, además de licencias de funcionamiento y decenas de tasas que la municipalidad se inventa para recaudar dinero. Pero así y todo el municipio está quebrado. Según nuestro último Alcalde, la comuna debe 680 millones de soles. Tiene un presupuesto anual de pistas de 4 millones de soles. No es sorpresa entonces que los huecos de las pistas de la época de mi abuelo sigan allí.

Entonces volvemos a hacer la misma pregunta: ¿cómo es que un distrito tan rico esté en tan malas condiciones? Una de las razones es por la pésima gestión de sus autoridades. Desde que tengo recuerdo hemos tenido pésimos alcaldes; desde borrachos hasta mafiosos. Tan es así que el penúltimo alcalde está preso por ser cabecilla de la banda criminal “Los Intocables Ediles”. Esta banda llegó a cobrar alrededor de 20 millones de soles al año por cobro irregular de parqueo en Gamarra, 5 millones por cobro de SISA a los vendedores informales, millones más en extorsiones y chantajes a los comerciantes formales, y en el colmo de la osadía, alquilaban los baños públicos del distrito para convertirlos en puestos de venta informales. En resumen, a las autoridades nunca les interesó o convino poner orden en el distrito, ya que de esta manera tenían la excusa perfecta para seguir robando el dinero del municipio a manos llenas.

Hoy en día contamos con un nuevo alcalde.  Creo que no podemos negar las buenas intenciones que tiene su gestión, pero como dice una antigua frase atribuida a San Bernardo de Carvajal, “El camino al infierno está lleno de buenas intenciones”. Lamentablemente el Alcalde piensa que todo el distrito se reduce a Gamarra, que ha sido foco de su esfuerzo; pero el resto de calles, veredas, parques, están en el completo abandono. No hay calle que no tenga hueco, no hay vereda que no esté sucia y llena de basura, no hay espacio público que no se vea invadido por mafias y comerciantes informales, que en complicidad con malos funcionarios del municipio usufructúan la vía pública como si a ellos les perteneciera. 

Hace unos días salió la noticia que el Alcalde de mi distrito se va a presentar para candidato presidencial en las próximas elecciones. En caso ganara, tendríamos una administración como la que tiene “El Fracaso”, en todo el Perú. Pero no se olviden que como estoy escribiendo sobre mi hipotético distrito, cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.