Qué jinetes

De manera socialmente responsable los más de 32 millones de peruanos exigen a los 18 ministerios, 25 gobernadores, 190 alcaldes provinciales y 1874 alcaldes distritales el tener responsabilidad en su actuar, sincerar sus datos de gestión y comunicar con transparencia y verdad.

Los miembros del Estado no solo deben cumplir y hacer cumplir la Constitución, leyes y normas nacionales, sino también los acuerdos y tratados internacionales suscritos, siempre dentro del ordenamiento jurídico peruano.

El problema es histórico; los Incas a la llegada de los españoles no sabían si esos “pocos” eran dioses o ladrones; después la historia identificó su estrategia y, que fue el espía Yunpacha el que facilitó la captura de Atahualpa y rendición de los “muchos”.

Esos pocos que hoy dirigen las riendas del Estado debieran trabajar por todos.

Los sucesos congresales de los últimos días recuerdan cuando un alumno repite un curso (por la baja capacidad que no permite entender al profesor, ni escuchar un discurso, y menos abrir un libro), tiene que llevarlo en verano, donde el profesor da casi el mismo discurso, más corto y hablando lento para que lo entienda, resaltando lo que el alumno quiere escuchar.

Pero, el gabinete perdurará con el apoyo del Congreso solo si cumplen con los acuerdos que permitieron a los alumnos pasar el curso. Difícil, mientras no exista capacidad, precisión y transparencia en los decisores, para evitar seguir generando falsas expectativas en la población; mientras no promuevan un choque de demanda que permita la reactivación económica;  mientras no faciliten la inversión privada y corrijan la burocracia pública; mientras no rastreen, identifiquen y aíslen a los contagiados; mientras siga el petardeo a la política nacional educativa para defender intereses personales; mientras el Estado pretenda seguir exprimiendo y sacándole leche a ese grupo de personas y empresas formales (18 %) para que llene las arcas que mantienen la economía (y la voluminosa línea media del aparato estatal); mientras no se den políticas públicas en seguridad alimentaria y de trabajo; o mientras se siga pensando en concesionar bosques, aprovechando el mayor desorden “generado” y en plena pandemia.

Es decir, se requiere un Estado conectado con la gente, que deje de ser indiferente, con transparencia en los actos; que cumpla su rol y asegure trabajo, salud, educación y la alimentación de la población.

Necesitan reducir los contrastes y la dejadez; aseguren la provisión y acceso a alimentos para que los peruanos no padezcan hambre, evitando estantes vacíos y largas filas para obtenerlos.

Permitan oportunidad, integridad y confianza, corrigiendo las asimetrías de información, con datos centralizados y actualizados. Qué importante sería contar con Sistema Nacional de Transformación Digital.

Trabajen por el Perú respetando el mandato del pueblo, busquen rentabilidad social igualitaria, inclusiva y sostenible.

*Ciudadano, emprendedor y docente