Parresía: Un conciliábulo congresal

La “Junta de Portavoces” del Congreso de la República, es un conciliábulo,  donde se ventilan las conspiraciones y se plantean las repartijas, a espaldas de los intereses del pueblo.

Los voceros de las “bancadas”, a instancias de la costumbre al odioso cabildeo, heredado de la época en que los cortesanos adulones y parásitos, obtenían beneficios y prebendas del monarca, (a costa de chantajearlo o sobornarlo), según sea la ocasión, consiguen consensuar sus intereses o los intereses del grupo de poder al que pertenecen, dejando sin valor,  aquello de que «Los Congresistas no están sujetos a mandato imperativo”

Así las cosas, en el encierro  donde moran los obscuros intereses, han surgido diferentes propuestas para aniquilar a la ONP, que es la entidad creada para administrar los fondos previsionales de jubilación, inspirado en el principio de solidaridad, “HOY POR TI MAÑANA POR MÍ”

A veces los peruanos tenemos una suerte de iluminación cuando miramos al pasado, ese que pertenece a la época en que todavía no habíamos sido inoculados con los principios y  de la axiología greco romana, y miramos con cierta añoranza el AYNI, que fue ya varios siglos sepultado por la COMPETENCIA…

Pero, hoy en día, los desposeídos, los marginados, aquellos que están lejos de los ricos  que están manipulando el interés público,  para consolidarse en el sistema de la corrupción, aparecen desde la nobleza del anonimato y acuden con las ollas comunes en momentos de desgracia. Es bueno entonces ver que los peruanos si llevamos dentro el ADN de la solidaridad, y que ello constituye un recurso nacional digno de cultivar y potenciar.

Es imposible que estos aspectos que tienen que ver con la conducta social, sean comprendidos de la noche a la mañana por la gentuza que hoy medra en los pasillos del Congreso, y se apoltrona en la curul “donde votan por que son congresistas, pero no saben por qué”, y va a ser imposible hacerles comprender, que están condenando al sector más vulnerable, es decir a los viejos, para que por fin mueran de inanición.

La ONP debería ser fortalecida y actualizada, acorde a los tiempos modernos, en función de un nuevo orden devenido de los beneficios del crecimiento económico, que ha permitido que el ESTADO sea un gigante comparado al Estado de los tiempos en que fue creada esta entidad previsional.

La Constitución ampara la subvención a las poblaciones vulnerables, y si hay algo noble todavía es que se les haya informado a los representantes apócrifos que los pensionistas estamos siendo subvencionados por fondos provenientes de la recaudación del sistema impositivo.

Qué sensibilidad social se le puede pedir al promotor de la ley de aniquilamiento de la ONP, si está en condición de DEUDOR MOROSO del sistema de aportaciones a las AFP, sistema traído de Chile como “la gran solución”  y que resultó ser una estafa que solo ha beneficiado a los banqueros. Pero sí se le puede pedir que se ponga al día y que se retracte, que habemus populus, alerta cuidando los verdaderos intereses de los viejos.