
JPMorgan Chase & Co accedió a pagar más de 920 millones de dólares y admitió haber cometido una infracción para cerrar las investigaciones de manipulación de mercados en Estados Unidos, por operaciones en futuros de metales y bonos del Tesoro.
El acuerdo acaba con un riesgo que ha pendido sobre el banco durante años y marca una victoria para los esfuerzos de reprimir el comercio ilegal en el mercado de futuros y metales.
Entre 2008 y 2016, JPMorgan se involucró en la manipulación del mercado de futuros de metales preciosos y de futuros de bonos del Tesoro. Los operadores colocaban en un lado órdenes que nunca pretendían ejecutar para crear una falsa impresión de interés en comprar o vender que elevara o redujera los precios. Esta práctica manipuladora está diseñada para crear la ilusión de demanda o falta de ella. El banco no identificó, ni investigó ni detuvo el comportamiento, pese a que un sistema de vigilancia alertó de los problemas en 2014.