Población en pobreza y riesgo ante la pandemia

El presente año los niveles de pobreza y vulnerabilidad de la población, tras los efectos, directos e indirectos, de la pandemia que ha estremecido el escenario nacional, se estima se han agudizado, su manifestación más visible será el incremento en el número de pobres, por la pérdida de empleos e ingresos. El shock experimentado en la salud se ha extendido a diversas aristas de las condiciones de vida de los pobladores, especialmente en los más vulnerables. Si para el año 2019, se estimaba 6,5 millones de pobres, una quinta parte de la población peruana, esta cifra se verá incrementada, en detrimento de miles de familias, se estima la pobreza se incrementaría en siete puntos porcentuales, engrosando el número de pobres, grave retroceso en el tiempo. Será el efecto más visible y dañino del shock del Coronavirus en el país, al margen de los efectos negativos en la salud, que nos arrebató a miles de peruanos.

Los daños se manifestarán en forma bastante diferenciada en los distintos segmentos de la población, que en una realidad como la nuestra con diferentes grados de vulnerabilidad los efectos serán más dañinos en ciertos grupos sociales, especialmente en los más débiles, con mayor nivel de pobreza y pobreza extrema, que exhibían las cifras pre pandemia, niños, niñas y adolescentes, adultos mayores, grupos étnicos vulnerables, población con discapacidad, los migrantes internos e internacionales, los más afectados, cuantitativa y cualitativamente, en sus condiciones de vida, se agudizarán las brechas ya existentes en la educación, la salud y el empleo, lo cual significará un gran reto por reencontrar la senda del crecimiento económico y políticas de inclusión social como alternativas para cerrar brechas, seguramente más grandes.

El identificar plenamente a dichos grupos vulnerables será gravitante, ya que evidenciando sus particulares características sociales, culturales, económicas, sus patrones de vida, los planes, políticas y proyectos tendrán mayor eficiencia en un horizonte de corto y mediano plazo. Existen grupos vulnerables prioritarios, como la población indígena, que más allá de su condición de pobres viven en alta situación de vulnerabilidad, la población afro peruana, asentada mayormente en la franja costera, los niños y niñas con necesidades educativas especiales, con discapacidad, los menores de edad y adolescentes que trabajan afectando su salud y educación, los migrantes desprotegidos e incluso discriminados, los pobladores de la tercera edad, los jóvenes que no estudian ni trabajan, la jefatura femenina del hogar con hijos menores, las personas en refugio, o aquellas que huyen de la violencia, las minorías religiosas, o aquellas discriminadas por su condición sexual, las trabajadoras y trabajadores del hogar, en el amplio abanico de la población.

Los planes futuros en la política pública deberán ser ambiciosos, más aún en momentos de cambio y búsqueda de un nuevo liderazgo nacional, considerando que el problema es multidimensional, las políticas futuras deberán asumir el reto de asumir esa visión, con el objetivo de disminuir los niveles de vulnerabilidad de la población, en forma integral, ya que esta incide en múltiples aristas de las condiciones de vida de los pobladores. Sus efectos avanzan en escalones, propiciando mayores daños, se expande en diversas direcciones agravando las condiciones de vida de las familias, subsumiendo a los hogares en una problemática mayor, hacia una condición de pobreza y pobreza extrema.

La pandemia del Coronavirus ha exacerbado la pobreza y la vulnerabilidad en el país, con mayor agudeza en ciertos segmentos de la población. Por ello hacia adelante se requerirá especificar y focalizar políticas públicas orientadas a atender dichas poblaciones con acciones de mercado y atención social, como un coctel gravitante e integral, que permita recuperar lo perdido, y propiciar, paso a paso, lo que estructuralmente aún falta por superar.