La vacancia está siendo impulsada sin hechos corroborados, porque declaraciones de aspirantes a colaboradores eficaces aún no han probado nada ante la fiscalía, e incluso no se sabe qué fiscalía debe investigar al presidente.
Existe un conflicto de competencia, en donde aún no se ha determinado si será la fiscalía anticorrupción, el equipo especial lava jato o la misma fiscalía de la nación quien investigue a Vizcarra.
Si bien es cierto la vacancia es un procedimiento político y es una facultad constitucional del Congreso, no tiene base legal suficiente, ni legitimidad porque no hay respaldo popular, la confrontación de poderes desatiende la atención de la pandemia.
A pesar de ello, pueden aparecer otros elementos contundentes que aporten a la vacancia y si el presidente llega a sobrevivir a los programas dominicales, seguramente no se llegarán a los ochentaisiete votos.
De caso contrario, no debe primar el interés político por parte de las bancadas del Congreso y asegurarse una transición que no vaya en contra de las elecciones, de las reformas ganadas, y se siga dando prioridad a la salud y economía.