Democracia de juguete

Esta nuestra democracia, tiene candidatos, pero no tiene partidos, tiene ritmo, pero no tiene melodía, tiene frases y no tiene contenidos, tiene votantes, pero no ciudadanos, esta nuestra democracia mueve masas, pero no promueve lucidez ni coherencia, es casi un suplemento de crónicas vulgares y caricatura de la política por vocación.

Requerimos líderes; ergo el liderazgo político es más necesario que nunca. En los tiempos actuales de desafección y fragmentación del voto se echa en falta la figura del líder, que sigue siendo fundamental en nuestra civilización dado que el ciudadano aspira a estar representado y dirigido por cargos electos carismáticos y creíbles cuidadosos todos ellos de la ética y, también de la estética. La desafección que ha irrumpido en la agenda de todos los partidos políticos ha propiciado la búsqueda de nuevos perfiles que se aproximen al de sus votantes.  Presidentes de lujo, chinos liberados y demás. La lucha por el voto no se gana exclusivamente en las redes sociales o en la calle, sino que también la imagen del líder juega un papel relevante a la hora de obtener el respaldo de la mayoría de la ciudadanía.

Con el paso del tiempo, los políticos se han transformado y adaptado al contexto de cada momento. Por lo tanto, se llega a la conclusión de que el liderazgo es una de las piezas determinantes del tablero político actual o al menos en momentos puntuales donde el distanciamiento entre sociedad y política es una realidad.

La importancia de ser un líder permite que representantes de partidos políticos cuenten con un importante apoyo en las urnas. Pero, para llegar a ser un líder, se requiere un recorrido previo por los diferentes ámbitos de la sociedad, puesto que “un líder no nace, sino que se hace”. El liderazgo se adquiere, principalmente, con la experiencia y con determinadas actitudes que cuadran con las perspectivas de los votantes. La confianza y la credibilidad juegan un papel crucial en este complicado mundo del liderazgo. Los políticos tienen que echar mano de su formación, de su preparación y de su experiencia personal para saber hacia dónde deben ir dirigidas sus políticas. Saber escuchar al ciudadano y saber atender sus necesidades son piezas tan cruciales como sus propias dotes de persuasión.

Pero también necesitamos ciudadanos, que no elijan por moda o por consumo a candidatos que se venden como productos únicamente. Ser ciudadano significa, más allá de las prácticas concretas; –sea votar en elecciones o gozar de la libertad de expresión, recibir beneficios sociales del estado o cualquier otra práctica específica–. tener, por un lado, el derecho de reclamar y por lo tanto salir del plano subordinado. Por el otro, ejercer una “práctica conflictiva vinculada al poder, que refleja las luchas acerca de quiénes podrían decir qué en el proceso de definir cuáles son los problemas sociales comunes y cómo serán abordados. Adquirir una conciencia de ciudadanía se relaciona directamente con la politización del individuo. El propio proceso que implica salir a la esfera pública, de sentirse con derecho a estar en la esfera pública, forma parte del proceso de construcción de una dimensión de la ciudadanía.

Y requerimos Instituciones, sin ellas no hay progreso. Los líderes y los ciudadanos se diluyen sin las instituciones capaces de darle permanencia a las políticas e ideas impulsadas.es en los espacios institucionales donde es posible desarrollar prácticas que posibiliten densidad, proyección, construcción y calidad `para satisfacer las demandas ciudadanas, por parte del estado, de la sociedad civil, de la academia de los agentes económicos.

Solo así, nos alejaremos de esta Crisis; de presidentes de lujo, de candidatos presos investigados y prófugos; de constructoras brasileras, de congresistas sentenciados, de roba cables, de turbas intolerantes y beligerantes, de clubes electorales y aventureros electorales; solo así alcanzaremos propuestas serias y solo así sostendremos la democracia.

En el Perú de hoy no tenemos partidos políticos, (solo en nombre) parecemos una democracia decimonónica donde la relación entre los ciudadanos con derecho al voto y los gobernantes era directa. Por lo tanto, el control que los ciudadanos ejercían sobre sus mandatarios se agotaba en el momento electoral. (hoy la función de los partidos y otras instituciones intermedias la cumple una prensa distorsionadora y la poca formación cívica de la población.) por lo que no había necesidad de grandes organizaciones que articularan y aglutinaran intereses con fines político-electorales.

Es importante que se construyan y fortalezcan los partidos políticos, es la única forma de liderazgos reales, así se evitaran saltapericos, o candidatas que cada elección funda o se asocian con otro mal llamado partido. De acuerdo con (Roskin, Cord, Medeiros, & Jones, 2006) los partidos políticos cumplen las siguientes funciones:

  1. Son puente entre los ciudadanos y el gobierno. Los partidos políticos son las instituciones por excelencia para hacer llegar las demandas de los ciudadanos al gobierno. Son los intermediarios.
  2. Aglutinan los diferentes intereses de la sociedad. Si cada grupo de interés se convirtiera en un partido político, la sociedad sería un caos, por tanto los diferentes grupos con intereses aines se ven obligados a coaligarse y cooperar.
  3. Integran a los diferentes grupos dentro del Sistema Político. Los partidos políticos aglutinan diferentes grupos de interés dándoles la oportunidad de participar en la conformación de la plataforma política del partido. Los integrantes del partido se sienten representados y desarrollan un sentido de lealtad y respeto a las reglas del sistema político.
  4. Socialización Política. En la medida que integran a diferentes grupos, les enseñan las reglas del juego político. Preparan a los candidatos, les enseñan cómo hablar en público, como manejarse en los mítines. Ayudan por tanto a la creación de políticos más competentes y comprometidos con el sistema.
  5. Movilización del Electorado. En las campañas políticas los partidos políticos movilizan a sus electores en la búsqueda del voto.
  6. Organización del Gobierno. El partido político que obtiene el poder, obtiene también puestos del gobierno, y trata de establecer las políticas públicas de acuerdo a su ideología.