Welcome to Miami

Creo que todos recordamos la canción “Miami” de Will Smith de 1998 del álbum Big Willie Style, en la cual Smith canta sobre la calurosa ciudad de Miami y sus lindas playas. En sintonía con la canción, la semana pasada estuve en Miami y sus playas por temas de trabajo.

Como sabemos, la ciudad de Miami está ubicada en el condado de Dade. Según las estadísticas que he podido revisar, este condado ha tenido 412,658 casos de contagios desde que empezó la pandemia. De este total de personas contagiadas 12,040 tuvieron que ser hospitalizadas (casi el 3%) y lamentablemente han tenido a la fecha 5,660 personas fallecidas por covid (0.14%).

El ex alcalde Carlos Antonio Giménez (2011-2020) tuvo que lidiar con la primera ola de covid en el 2020, ordenando el cierre de los negocios no esenciales e instaurando el toque de queda para reducir los contagios (tomar en cuenta que la cuarentena en Miami ni siquiera se asemeja a la que tuvimos que sufrir nosotros el año pasado). Sin embargo, estas medidas fueron de corta duración y la vida regresó más o menos a una nueva normalidad en Miami.

Hoy en día el condado cuenta con un nuevo alcalde, la abogada Daniella Levine Cava, quien tiene la dura tarea de reactivar la economía de Miami sin dejar de lado las medidas de prevención contra el covid.

Como comenté, tuve que visitar Miami hace una semana y en mí recorrido por la ciudad uno de los detalles que más me llamó la atención fue la gran cantidad de tiendas, almacenes, restaurantes y demás negocios en los cuales había un pequeño letrero en la puerta que decía “Hiring” o sea “Contratando”.

Como mi curiosidad tenía que ser satisfecha, en la primera reunión de negocios que tuve, le planteé la interrogante sobre los letreros de “contratando” a mi anfitrión. Según me explicó este gerente (del rubro logístico), cuando se decretó la cuarentena en Miami el año pasado, miles de negocios tuvieron que cerrar sus puertas o reducir sus operaciones de manera temporal y por ende despedir a la gente de manera inmediata. Solo un breve paréntesis para los que no lo recuerdan: en Estados Unidos no existe la estabilidad laboral y las empresas pueden despedir a un trabajador de un día para el otro sin mayor justificación, más aún en tiempos de medidas extremas como la cuarentena en donde la mayoría de negocios del rubro turismo, como los hoteles y restaurantes, tuvieron que cerrar o trabajar de manera limitada (los restaurantes nunca cerraron al 100%, atendían para llevar y reparto de domicilio).

Debido a esta medida extrema (despedir a miles de personas) la mayoría de negocios de la ciudad de Miami pudo sobrevivir. Si bien es cierto que muchos negocios pequeños desaparecieron y que en Estados Unidos existe el seguro por desempleo, esta flexibilidad laboral permitió salvar la economía de esta ciudad.

Con un producto bruto interno (PBI) de 288 mil millones de dólares, Miami es la décimo segunda ciudad más importante de Estados Unidos en términos económicos. (Sólo como referencia y para entender la magnitud de esta ciudad, el PBI de Perú en el 2020 fue de 219 mil millones de dólares). Según el diario Miami Herald, el estado de Florida (donde está ubicado Miami) tuvo una contracción económica de 6% en el año 2020 y tendrá un crecimiento de 7.6% en el 2021. La tasa de desempleo en el 2020 fue de 8.6% (debido a los cierres masivos de negocios) con una significativa mejoría en 2021 a  5.5% y en 2022 a 3.6%.

Este es el mejor ejemplo que la estabilidad laboral o mejor dicho la rigidez laboral que tanto pregonan nuestros gobernantes de izquierda no es más que un obstáculo para la supervivencia de las empresas y la creación de puestos de trabajo formales. Según ellos, la rigidez laboral tiene como fin salvaguardar los puestos de trabajo.

En nuestro país las autoridades obligan a las empresas a cerrar meses de meses por la cuarentena sin ninguna posibilidad de generar negocios (no todas las empresas pueden vender por internet sin asistir a sus tiendas o almacenes) y por otro lado no tienen la opción de reducir planillas hasta que la situación económica mejore, condenándolas a la quiebra y a su eventual desaparición. Sin empresas no hay puestos de trabajo formal, así de simple. En cambio, en países más avanzados que el nuestro, en donde se entiende que el mercado laboral es flexible y a la vez cambiante, las empresas tienen la posibilidad de despedir a los empleados cuando el ciclo económico les es desfavorable y volverlos a contratar cuando la necesidad así lo requiere.

Les pregunto a mis lectores ¿Cuántos letreros de “se contrata” han visto en la ciudad de Lima en las últimas semanas? Por mi parte, puedo afirmar que no he visto uno solo. Al contrario, cada vez que he recorrido la ciudad, lo único que veo son letreros que dicen: “se vende o alquila” en donde antes funcionaba un restaurante, una peluquería, un gimnasio o un pequeño negocio. ¿Cuántas empresas que ustedes conozcan están contratando personal con miras a la esperada recuperación en el 2021? Según cifras publicadas por el Ministerio de Economía, el PBI del país crecería 10% durante el 2021. Ello después de haberse desplomado en -13.9% durante el 2020 gracias a las “inteligentes medidas” tomadas por el gobierno de Vizcarra. Pregunto nuevamente: si nuestra economía supuestamente va a crecer 10% durante el presente año, ¿Por qué las empresas no están contratando personal como en otras ciudades?

 Además de las dificultades económicas propias de la pandemia, tenemos que sufrir la ineptitud de nuestras autoridades, su absurda ceguera ideológica, la burocracia y la corrupción; todo lo que vuelve casi heroico el ser un empresario o emprendedor formal en nuestro país.

 Como decía Will Smith “me voy a Miami, bienvenidos a Miami”.