Paro de transportistas es contra los sobrecostos creados por el Estado

El paro de transportistas que comenzara el lunes por tiempo indefinido y continuara ayer en todo el páis, incluyendo el bloqueo de la carretera Panamericana en no menos cinco puntos no es uno de corte tradicional.  

Su objetivo no es que suban los pasajes o el flete de la carga, sino que el Estado reduzca los costos del transporte. El hecho es que los costos vienen subiendo exponencialmente por decisión del Estado.  

El alza de combustibles proviene de lo que lo en buena cuenta debería denominarse el oligopolio publico-privado de la empresa estatal Petroperú y la empresa privada Repsol, que le sigue elos pasos.  

Al alza de los combustibles se suma el alza también del impuesto selectivo al consumo del diésel, el combustible que usan los vehículos de transporte. Es discutible que el diésel deba tener un impuesto selectivo al  consumo.  

El Estado argumenta que devuelve a los trasnportistas un parte del ISC, pero desde luego no a todos. Solo a los formales. 

Hasta el momento la reunión de los dirigentes con las autoridades no ha llegado a ningún acuerdo. Los transportistas han tomado la avenida Argentina.  

Como si no fuera bastante, a lo anterior se suma, además, el alza de los peajes. Y el efecto combinado de la tres cosas es letal para los transportistas. 

El hecho histórico en este paro, sin embargo, es que esta sería una primera vez que los transportistas no piden subir los precios, sino bajar los costos que el Estado genera.En este sentido, el paro podría ser el punto de inflexión de una nueva conciencia política. 

Al paro indefinido de los transportistas de carga el lunes, se ha sumado ayer, martes, el de os transportistas de vehículos colectivos (M1 y M2). Buena parte de estos presta un servicio informal que el mercado demanda, pero a quienes el Estado se pone trabas para su formalización. 

 ALINEADOS CON SUS INTERESES  

Que ambos gremios de trasnporte se encuentran juntos en el paro es un hecho inusual, pero no si se mira que sus intereses son los mismos en cuanto a los sobrecostos del Estado se refiere. Y estos intereses coinciden, asimismo, con los de los transportistas formales de pasajeros (omnibuses M3), aunque mantengan diferencias entre ellos en cuanto a la formalización del servicio de autos colectivos.