Escuchar la explicación de muchas personas de por qué votaran por Pedro Castillo o por Keiko Fujimori es totalmente desesperanzador, las razones que esgrimen no tienen nada que ver con ideología o con una posición política, son razones totalmente emotivas, condicionadas por pasiones, resentimientos y esperanzas; son pocos los que pueden dar una justificación bien sustentada de su decisión, de otra manera no se puede explicar cómo alguien, –y son bastantes- que ha votado por un candidato de extrema derecha en la primera vuelta, diga ahora que votará por el candidato de extrema izquierda en la segunda vuelta, es algo que solo puede explicarse si votan guiados por pasiones, no por la lógica.
Lo que sucede en nuestro país es la punta de la lanza, el liberalismo está perdiendo la guerra ideológica, ¿alguien podría dudar que el “Gramcianismo” ha tomado posición en esta guerra y lleva la delantera? , la izquierda está logrando instalar un enfrentamiento ideológico y político de “clases sociales”, y muchos lo ven como lo más natural, eso es porque quienes debían de luchar por el pensamiento liberal al parecer estuvieron luchando otra guerra, usaron las armas equivocadas.
El “Gramcianismo” ha usado la manipulación, la mentira y el engaño hábilmente para lograr introducir su ideología muy sutilmente y el error ha sido usar sus propias armas para enfrentarlo, la mentira no se combate con mentiras, las “fake news” tampoco se combaten con otras “fake news”; ver una foto, por demás pésimamente trucada, de Pedro Castillo sosteniendo una bandera con la hoz y el martillo para acusarlo de terrorista me parece que en lugar de convencer a los indecisos de no votar por la izquierda, lo que logrará será mostrar a esa gente la desesperación de algunos por no perder su “status quo”, acciones como esa tiene el efecto contrario y hacen pensar a la gente que algunos son capaces de “hacer lo que sea” para seguir en el poder. Las malas ideas solo se combaten con buenas ideas, con una maquinaria eficiente de divulgación de estas, con argumentos sólidos y convincentes, pero nada de eso servirá si quienes nos gobiernan lo hacen de espaldas a la realidad y a la gente, convirtiéndose en mercaderes del poder.
El pensamiento liberal debe ir acompañado de verdaderos gobiernos liberales, pero lamentablemente nunca henos tenido un gobierno así, hemos fluctuado entre gobiernos de derecha mercantilista a gobiernos de izquierda como el de Velasco, pasando por gobiernos de caviares “confundidos” que siempre han sabido infiltrarse en todos los regímenes que hemos tenido.
Si hemos perdido la guerra ideológica lo más probable es que perdamos la guerra de posiciones y el radicalismo de izquierda se instaure en el poder, luego, si todo va de acuerdo a lo que ellos han planeado, será muy difícil sacarlos.