Percepciones

N.B.1- Es extraña o rara la estrategia política planteada por el candidato comunista para esta segunda vuelta. Ya desde las elecciones generales del 11 de abril traslucía que había un sistema oculto en su presentación ante los electores que probablemente resultó de los tratos con medios de información interesados en sorprender al país con una irrupción abrupta para obtener la victoria en la primera ronda. No les resultó y por esa razón ahora se enredan en sus propios dichos y propuestas.

Vladimir Cerrón fue discípulo del plan castrista cuando estudió en Cuba. Su familia cercana fue activista del castrismo. Busca aplicar la táctica primigenia que impuso Fidel nombrando a un mascarón de proa en el primer tramo de su gobierno, mientras él aún conversaba con los norteamericanos y en paralelo negociaba con la Unión Soviética apoyo económico, político y militar. Quién le reemplazó por breve tiempo como jefe de Estado fue un civil bien ponderado en Cuba, aunque inexperto en cosas de gobierno, de nombre Oswaldo Dorticós. Logrado su objetivo Fidel lo despachó y de Dorticós nunca más se supo públicamente.

Acá, Cerrón ha colocado a su mascarón de proa por delante para dirigir el ataque en contra de nuestra república democrática, cosa que ningún buen estratega civil o militar haría sino hasta después de consolidar la victoria.  Parece que Cerrón y compañía no han leído o no entienden los axiomas del genio chino de la estrategia militar de la antigüedad; Sun Tzu, consultado en la historia moderna por militares como Napoleón, Von Clausewitz y Wellington, por banqueros y adalides de grandes empresas. En fin, el actuar político actual del comunismo peruano está en entre – dicho y deja a nuestra democracia en la posibilidad de vencerlo por cuarta vez desde 1968.

El profesor radical Castillo, de escaso léxico, propone la destrucción de la república; no tiene planes técnicos para construir lo que necesitamos los peruanos.

N. B. 2.- Los zapadores del G2 cubano que llegaron al Perú en tiempos del nefasto desgobierno de Vizcarra, disfrazados de médicos, deben estar realizando su misión de zapa en nuestro sur, especialmente en los territorios con ancestro Aymara, tales como Puno, Arequipa, Moquegua y la sierra de Tacna. Son militares cubanos que buscan lo mismo que quiso hacer Simón Bolívar, integrar nuestro sur con la república aymara boliviana.