Es simple, debemos elegir entre libertad o comunismo

El próximo domingo son las elecciones. Los peruanos elegiremos entre la Libertad o el socialcomunismo, es decir nos jugaremos el fututo. Pero, además –y esto es mucho más importante aún– vamos a optar por un modelo de hacer las cosas, por una forma de gobernar, una manera de afrontar los problemas y decidir las soluciones necesarias. No son unas elecciones más. Ni siquiera unos comicios importantes; son trascendentales. Y lo son por lo que nos dejó la primera vuelta  y por lo que está en juego. Porque lo que, al final, se debe decidir es que los peruanos tengan que elegir entre un modelo socialcomunista, castrochavista, trasnochado y cavernario –a imagen y semejanza de lo que  sucede en Cuba o Venezuela, además inspirada en el pensamiento Gonzalo y del Mrta– y un modelo de libertad.

Keiko Fujimori candidata del Partido Fuerza Popular, de una forma paradójica hoy representa la disyuntiva “Comunismo o libertad”. Porque su elección  propone a los peruanos que con todos sus defectos y males los principios republicanos y democráticos sigan siendo  una opción de vida, civilizada y con desarrollo y libertad, a partir del próximo domingo.

Nosotros siempre hemos creído en la Libertad, con mayúsculas. Creemos en el principio de libertad “In dubio, pro libertate”: En caso de duda, debe respetarse la libertad de acción de cada persona. Y por eso, Keiko  debe garantizar y representar  la libertad de los peruanos frente al control y las prohibiciones de los socialistas. Las propuestas para los  sectores  del turismo, de la hosteleria, del emprendimiento, son buen ejemplo de ello. Y su firme voluntad de mantener un régimen fiscal contenido, bajando los impuestos en tiempos de crisis es otra muestra más de la apuesta por la libertad.

Porque si los habitantes de un país o una región no pueden disponer libremente de sus rentas para sobrevivir al socavón económico y continuar generando empleo, serán esclavos de un Estado que los manejará a su antojo y que lo único que será capaz de construir es un país arruinado, en el que la mayoría de sus ciudadanos sean pobres y sólo la casta dirigente, la que forma aquello que se denominaba la “nomenclatura” en tiempos de la URSS, sea la que disfrute del bienestar y la riqueza.

El comunismo se basa en la imposición de un Estado socialista –como así lo definieron los marxistas-leninistas– controlado por un partido político que organiza los asuntos económicos, sociales y políticos y que se encamina hacia la construcción del socialismo.

Me hace cierta gracia cuando dicen que sólo se habla de comunismo o libertad y que no hay propuestas. ¿Acaso el comunismo, como ideología, no ha demostrado cómo gobierna y qué medidas impone? ¿Hará falta recordar lo que ocurrió en la Unión Soviética, Cuba o más recientemente en Venezuela o Corea del Norte?

Como digo, se trata de elegir entre dos modelos de hacer política y de gestionar los recursos de los peruanos: el de la libertad  frente al de socialistas y comunistas que no generaran riqueza, sino que saquearan la misma, empezando por los  fondos de pensiones, metiéndose en tu vida y en el mercado. Fomentando el turismo sin fines de lucro, cerrando las exportaciones y liberando terroristas.

Son modelos que nada tienen que ver. Mientras uno  el de la libertad– se basa en bajar impuestos, dar libertad a las personas y poner a su disposición todos los recursos sanitarios y económicos para luchar contra la pandemia, el otro –el socialcomunista– se basa en quitar el dinero a la gente subiendo impuestos para gastárselo en lo que ellos quieren y que, normalmente, no tiene nada que ver con lo realmente necesario. En difundir el odio entre ricos y pobres, entre campesinos y citadinos, entre peruanos.

No es miedo ni infundir temor. La opción está muy clara por qué no es tampoco la extravagancia y poca talla del candidato Castillo, No es  desdén a su origen provinciano, ni a su moda de sobreros de 2,500 soles. Simplemente el socialcomunista, es un modelo  que se basa en controlar todo, en prohibir y cerrar. En guardarse los recursos sanitarios, como los hospitales de Huancayo, o la gestión del Ministro de la Muerte, Zamora, el burócrata genocida de izquierda. Engañan  cuando llegan las elecciones y así embaucan  a la gente. Porque no les importan las personas; les interesa más engañar y ocultar la realidad, para perpetuarse en el poder.

Cuánta razón que tenía Hayek cuando, 20 años antes, dictaminaba, no sin escándalo, que “el socialismo significa la desaparición de la libertad individual”.

Pedro Castillo se ha mostrado orgulloso de ser marxista y leninista, maoísta y mariategista (incluso pretende indultar a terroristas y mantiene el auspicio de Conare y Movadef en su favor, léase del mismísimo Sendero Luminoso), además de chavista y de todo lo que tenga que ver con la ideología más nefasta de la historia. Comunismo no es libertad, sino tiranía, miseria y asfixia, como cualquiera puede comprobar en una historia sin manipulación ni ocultamiento. Pedro Castillo  debe de seguir confiando en el camuflaje que desde la caída de la URSS se ha aplicado al comunismo. La política de encubrimiento del comunismo empezó en realidad después de la II Guerra Mundial con el silencio sobre sus crímenes y sus fracasos. Como Stalin figuró entre los vencedores, la vista se dirigió hacia el genocidio nazi y no hacia las liquidaciones individuales y colectivas del totalitarismo leninista y estalinista. La realidad hoy es que el comunismo sigue gozando de una imagen amable para una parte de la población. Aquella a la que se le ha hurtado la historia. No permitamos que en esta elección se les hurte la libertad.

Por eso creo que la elección del domingo es bien sencilla. Libertad o Comunismo.

Adicionalmente, es importante mencionar que si bien es cierto Keiko  Fujimori tiene tras de ella una serie de muy severos cuestionamientos, creo que estos podrán ser develados bajo las reglas de las instituciones libres, y con el ejercicio de garantías procesales que rigen las instituciones de un Republica libre. Elegir a Keiko no te hace fujimorista, solo  es  un acto consecuente y responsable con los valores de la Libertad, tampoco te hace corrupto o socapador de la corrupción. Creo firmemente que  inmediatamente de votar por la libertad  seré y debemos ser  responsables opositores y actuar como ciudadanos organizados para garantizar precisamente la libertad.

La Fujimori, es también una mujer valiente, que pese a los insultos y vejaciones de todo calibre, ante las emboscadas de Chota, de Arequipa y el Cusco, ha militado en una actitud tolerante y democrática, lo que debe ser reconocido, aun a contrapelo de la doble moral de las hordas feministas progresistas y rojas que han callado  en  todos los idiomas  esta vejaciones a la candidata y a su condición de mujer, es que al parecer se es mujer si eres comunista, tienes derechos si eres roja, de lo contrario un silencio cómplice  e hipócrita. Hay que ser valiente para defender la libertad y la democracia.

Termino parafraseando  a Haya de la  Torre, en su hermoso discurso del veto en 1962. Ante situaciones parecidas a la actual, donde la estabilidad democrática estaba en riesgo siempre llamó a dejar los odios y enemistades «No se puede vivir del odio, no se puede vivir de la venganza, no se puede vivir de memorias, cuando ante todo y sobre todo está el destino y los designios de la patria»