Carlos de Romaña y García: el valor del humanismo en la medicina

La medicina humana es, sin lugar a duda, una de las ciencias más importantes de la humanidad. También es la que se identifica rápidamente con las carencias y debilidades de una sociedad y, en particular, la ginecología es el mejor vínculo médico con la mujer. Es, a su vez, la que, en épocas de pandemia, nos ofrece una ventana de escape hacia la esperanza de volver a la normalidad, aun cuando parece que estamos ante un nuevo paradigma mundial y estamos lejos de volver a la realidad del 2019. El desarrollo de vacunas, de protocolos de seguridad y medicamentos preventivos son la clave del éxito para la derrota del COVID 19 y eso se lo debemos a los distintos científicos y doctores que trabajan de manera constante por el bienestar de la humanidad.

Pero optar por esta carrera es desafiante, puesto que la vocación no se compra en una farmacia, sino que se nace con ella. El reto de servir al ciudadano, sin importar su estatus, condición o si ha cometido algún crimen está reservado solo para las personas más altruistas puesto que implica dejar de lado los prejuicios para salvar la vida de un ser humano. Esto exige una mentalidad determinada, un espíritu decidido y, por encima de todo, a Dios para encomendar cada misión propia de la medicina. De estos valores, resalto cada una en el recuerdo que me dejó mi tío carnal el Dr. Carlos de Romaña y García, amable persona y excelente profesional.

Sus inicios

Nacido en Perú en la ciudad de Arequipa, orgulloso hijo de Don José Eugenio Luis Octavio Benedicto de Romaña López de Romaña y Doña María García Turner, estudió en el colegio San José de los Jesuitas en dicha ciudad, así como en el Colegio, también de los Jesuitas, de La Inmaculada en Lima tanto a nivel primario como secundario. Empezó la vocación por la medicina a partir de su ingreso a la universidad Nacional Mayor de San Marcos en la cual, formó los importantes valores humanistas y serviciales que relievo. A partir de la culminación de sus estudios, se empeñó por continuar con la especialidad de Ginecología, la cual, sería el punto más importante de su carrera académica puesto que a través de ella alcanzaría un importante y afamado renombre a nivel nacional e internacional que lo llevó a los logros personales posteriormente obtenidos y decisivos cargos nacionales de notoria relevancia.

Entorno familiar

Carlos de Romaña estuvo casado con la señora Irene Letts Colmenares, provenientes de ancestros europeos y con la que formó una bella familia. De dicho hogar nacieron Irene, Carlos José, Úrsula, Roberto, José Ignacio, Maira y Gabriel, quienes se formaron en la abogacía y la administración de empresas, no emulando la profesión de los padres, pero sí ejerciendo sus carreras profesionales con valores, responsabilidad y erudición.

Su contribución en la medicina

Su principal contribución a la medicina quedó marcada en tres aspectos. En primer lugar, al Dr. Carlos de Romaña siempre se le recordará por su magnífica carrera como médico, el cual, lo posicionó de manera positiva en dicho campo en el Perú. El reconocimiento que más valoró fue el de la confianza depositada por cientos de peruanos que confiaron en él convirtiéndose en un ginecólogo muy cotizado por la sociedad peruana, obteniendo el renombre de ser de los mejores en su campo de expertise. Miles de damas peruanas le consultaban y él apoyaba y dirigía sus tratamientos, así como sus exitosos alumbramientos, generándose el aprecio y respeto de su enorme clientela. También, contribuyó anónimamente a numerosos casos en la que brindó su apoyo discreto confirmando su generosidad y solidaridad con mujeres de origen humilde. Siempre lo hizo con vocación de servicio y de soporte a la mujer peruana motivado e inspirado en valores éticos por sus raíces cristianas y filosofía de provida. Los años que él invirtió en su formación dieron los resultados esperados en este campo expresando, con erudición, todas sus habilidades a favor de los peruanos.

En segundo lugar, contribuyó a la medicina a favor de las peruanas a través de su visión empresarial, la cual se evidencia al contribuir con la fundación de la Clínica Montesur. Esta institución que cuenta con cerca de 30 años de actividad ha sabido incluirse dentro de la importante demanda de la ciudadanía por contar con un nosocomio que cumpla con las expectativas de un servicio de calidad. Algo que mi querido tío Carlos soñó y pudo coadyuvar con eficiencia y profesionalismo.

La consecución de todo ello lo llevó a un tercer y más importante cargo que marcó el auge de su carrera tanto profesional, académica y personal. En 1999 fue nombrado como Ministro de Salud. Este logro alcanzado fue un importante paso en su vida y que siempre mantuvo en su corazón como el auge de su carrera. Durante este periodo, tuvo importantes intervenciones a nivel académico como profesional tal y como es el caso de su exposición ante la Comisión de salud, población y familia del Congreso de la República el 1ero de abril de 1999. Esta exposición describía la situación del sector salud y los principales ejes establecidos para su gestión ministerial, como fue la reducción de la tasa de mortalidad infantil, reducción la desnutrición crónica a nivel nacional, ampliación de las atenciones del seguro escolar, reducción de la tasa de tuberculosis, prevención en el 100% de las transfusiones de sangre la contaminación por el HIV y mejorar los protocolos de vacunación en general. En este último punto, su política fue esencial para que el Perú mejore, paulatinamente, la distribución y aplicación de vacunas en general lo que es bien recibido hoy por hoy en la lucha nacional contra el COVID 19.

A su vez, como ministro, fue invitado al Acto Conmemorativo Central del Día Mundial de la Salud de 1999 en el marco del lema “Sigamos activos para envejecer bien” realizado el 9 de abril en el Auditorio del Museo de la Nación. En dicho evento, tuvo la importante labor de dar las palabras de clausura, relievando la importancia de la protección de las personas de la tercera edad en el marco del Día Mundial de la Salud. Bajo ese contexto, deseo relievar una de las frases de aquel día que, en lo personal, recuerdo con mucho aprecio por la erudición en sus palabras y lo que grafica, de manera eficiente, su humanismo y elocuencia:

“El ser humano comienza a envejecer desde el momento de su nacimiento, desde el momento de su creación, desde el mismo momento de la fecundación comienza a tener un segundo siempre más de vida y así cada segundo de su existencia, en este proceso inexorable de la vida continúa hasta el día que desaparece de la faz de la tierra (…) envejecer obviamente es vivir y vivir bien es conducir nuestra existencia para envejecer sin prisa.”

Esta frase no solo resalta su pensamiento y su capacidad de expresar un mensaje importante, sino también, la importancia que le daba a cada asignación, el amor por su carrera y sus valores como ser humano. Alguien a quien he tenido y siempre tendré en mis recuerdos y en la memoria de todos los que lo conocieron.

Deceso y legado

Nuestro querido Carlos Augusto de Romaña y García partió al lado del Señor el día 22 de junio último. Una pérdida que conmocionó a todos sus familiares y amigos por la importancia y la huella que él dejó en todos nosotros. Mantenemos los mejores recuerdos de su grande y noble carrera y excepcional vida como amigo, querido familiar y profesional. Ha dejado una impronta importante de superación, solidaridad, constancia, responsabilidad y deber con todas las peruanas. Algo que, a través de estas sentidas palabras, he deseado expresar para aquellos quienes no tuvieron la dicha de conocerlo y que esperamos que su recuerdo, memoria y reminiscencia, se mantenga activa a lo largo de los años, como ícono digno de emular por las nuevas generaciones de médicos gineco-obstetras.

* Jurista y diplomático