Rebote económico y retos estructurales

En el presente año, la economía peruana, tan igual como muchas otras del mundo, que fueran duramente golpeadas por la pandemia del Coronavirus, experimentaría un importante rebote en el crecimiento, se estima una cifra cercana al 10,0% en el PBI, que permitiría recuperar lo perdido el año pasado, año en que la producción nacional sufriera la peor caída de los últimos treinta años, de -11,1%. El rebote en la economía, un tanto inercial, es necesario mantenerlo y profundizarlo, los años siguientes, con medidas de política económica que generen, por un lado, estabilidad, y por otro, impulso la inversión pública y privada, condición sin la cual es imposible el crecimiento y la generación de riqueza.

Sin una economía en crecimiento es imposible asumir los enormes retos estructurales, se requieren recursos económicos para atender las grandes brechas en salud, en educación, en saneamiento básico, en vivienda, especialmente en las poblaciones marginadas. Es necesario generar condiciones para una reducción sostenida de los niveles de pobreza que afecta al 30,0% de los peruanos, a lo que se suma otra cifra similar de población vulnerable de caer en pobreza por ingresos. Dinamizando las actividades productivas y el impulso a políticas inclusivas, especialmente de las poblaciones con mayores brechas sociales. Con inversión social, que se alimenta de una economía con mayor dinamismo. 

Lo importante, es que ya en el mes de mayo del presente año, últimas cifras disponibles, la producción nacional se incrementó en 47,8%[1], comparando con el resultado de mes similar del año pasado en donde la economía se redujo en -35,6%, dada la drástica cuarentena, por la presencia de la COVID-19, en el país. En los cinco primeros meses del presente año, la producción nacional creció en 19,7%, en términos anualizados, junio 2020-mayo 2021, aumentó en 2,5%.

El rebote de la producción nacional del mes de mayo de 2021 recoge el comportamiento positivo de todos los sectores económicos, con excepción del sector agropecuario, que sufrió una disminución. Crecieron el sector Comercio; Manufactura; Minería e Hidrocarburos; Construcción; Transporte, Almacenamiento y Mensajería; así como Otros Servicios que explican el 75% del resultado global. Se presentaron resultados favorables en la actividad de los Servicios Prestados a Empresas; Alojamiento y Restaurantes; Financiero y Seguros; Pesca; Telecomunicaciones; Electricidad, Gas y Agua.

Este proceso debe ir acelerándose, en la medida que avanza el proceso de vacunación de la población, hasta alcanzar el presente año, la deseada inmunidad de rebaño, condición necesaria para normalizar la salud de las familias, lo cual, a su vez, repercute positivamente en la reactivación económica, dando sostenibilidad al crecimiento, también es importante un proceso de normalización en los  mercados, disminuir la incertidumbre en los agentes económicos, lo cual se reflejará en mayores niveles de inversión, recuperando el empleo perdido y los ingresos de los trabajadores, lo importante, en el mediano plazo, elevar la productividad en la economía, circunstancia que beneficia a todos los peruanos.

Es innegable que el presente año tiene características suigéneris, con estragos de una persistente emergencia sanitaria, elecciones generales, en primera y segunda vuelta, y prolongadas definiciones, proceso de transición, cambio de gobierno, innegables expectativas que definen el comportamiento de los agentes económicos. En realidad, los peruanos esperan se disipen los avatares políticos y la incertidumbre, con mensajes de calma, que están atizando la dolarización, generando presión a los precios, principalmente los bienes y servicios básicos que consume la población, ganar estabilidad, con lo cual la economía se encausará hacia una senda de normalidad, y crecimiento. Todo ello es requisito ineludible para atender los grandes problemas sociales de carácter estructural, que aún son una gran deuda en el país.


[1] INEI Informe Técnico de la Producción Nacional, mayo 2021. Julio 2021.