Aparente giro en la COP26

En la recta final de las negociaciones de la cumbre de la ONU en Glasgow, el anuncio conjunto de China y Estados Unidos, primer y segundo país que más CO2 emiten, respectivamente, insufló optimismo.  

Las dos grandes potencias mundiales publicaron una declaración en la que se comprometen a “reforzar la acción climática en la década de 2020 (…) para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París”, de limitar el avance de las temperaturas a final de siglo por debajo de los 2 grados centígrados y a intentar que no sobrepasen los 1.5 ºC, anunció en rueda de prensa el negociador chino, Xie Zhenhua. 

El importante anuncio dio un vuelco a la recta final de las negociaciones en Glasgow. 

De oro lado, una coalición de once gobiernos nacionales y subnacionales acordaron el jueves en la cumbre del clima de la ONU COP26 poner fin a la concesión de nuevas licencias para la exploración y explotación de petróleo y gas en los territorios bajo su jurisdicción.
En la llamada “Beyond Oil and Gas Alliance” (Alianza más allá del petróleo y el gas, BOGA, en inglés), once países se han comprometido a acabar con la explotación de estos recursos fósiles “en una transición”. Dinamarca, Costa Rica, Francia, Irlanda, Suecia, Gales (Reino Unido), Québec (Canadá) y Groenlandia, Nueva Zelanda, California (Estados Unidos) y Portugal son miembros “asociados” y Italia se une de momento como “amigo de BOGA”.

¿COMPROMISO O MASIFICACIÓN? 

En las negociaciones de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), el Perú se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y alcanzar la descarbonización de la economía para el 2050.  

Ni el gas natural, ni el petróleo, ni el carbón son fuentes limpias ni renovables, sin embargo, y el proyecto de la masificación del gas va a contramano de esos compromisos. Los objetivos ofrecidos son básicamente incompatibles con la masificación del gas natural.