La silla turca: ¡A seguir dándole nomás!

Hay una fábula de Esopo que habla de la cierva tuerta. La pobre creía “escapar” de la cruda realidad viendo con su ojo bueno aquellos paisajes que le daban tranquilidad:  bosques y valles y el mar. Sabía muy bien la cierva, que tenía que cuidarse de los cazadores que podían acabar con ella. Por eso, era importante mantener un buen grado de alerta y no distraerse. Saber que siempre sus perseguidores eran un peligro y que debía observar no solo lo que le gustara, sino todo lo bueno y lo malo también. Cierta tarde, la cierva se distrajo, se dejó llevar por la paz que le daba el mar y no se dio cuenta que por el lado del ojo malo, la seguían los cazadores, que finalmente, terminaron con ella.

El trabajador peruano, el emprendedor peruano, el empresario peruano, así como la cierva tuerta, busca la calma. Busca tener la paz para trabajar y tener espacio para generarse el “pan diario”. Quiere dejar de ver la inestabilidad, el desorden político, el caos, la caricaturización de las instituciones, la mitomanía de nuestras autoridades, en especial de la máxima autoridad. Por ello, busca seguir dándole nomás.

Dada la realidad política y económica del Perú, es especialmente difícil para nosotros los peruanos encontrar un momento paz y de tranquilidad. Tanto así que sentimos que la Navidad, nos llegó de pronto, que llegaron las fiestas y no tuvimos ni el tiempo ni la calma para organizarnos y sentir que ese ambiente navideño nace de la paz de nuestro corazón. Probablemente en lo físico, no pudimos armar los nacimientos y probablemente dadas las últimas disposiciones de bioseguridad del Gobierno, no podamos juntarnos un año más, con quienes más queremos. Por ello, buscamos seguir dándole nomás.

Ante todo ello, una gran parte de los peruanos, desde el taxista, el emprendedor, el empresario, el empleado de una oficina, pide, como la cierva, no ver lo desagradable de la coyuntura. Y busca lo que por ahora le da tranquilidad, que es enfocarse en poder trabajar, en generar en producir a pesar de todo y seguir escuchando el estribillo y ciegamente repetir: a seguir dándole nomás.

Aunque no queramos que nos afecte lo descrito, siempre va a ser inteligente elegir pensamientos y emociones positivas, que nos motiven, que nos inspiren y que nos acerquen, como a la cierva, hacia buenos paisajes. Para, a pesar de todo, seguir dándole nomás.

Aunque lo ideal hubiera sido tener un año con menos sobresaltos, con más salud, con menor inestabilidad política y más tranquilidad económica, solo nos queda… seguir dándole nomás.

A propósito de la Navidad, los emprendimientos, el bienestar que todos buscamos para nuestras familias: Feliz Navidad para todos y ¡A seguir dándole nomás!