Encuestas y Estadística

Alguien me dijo que la estadística era el arte de mentir con los números y después de meditarlo bien debo manifestar que discrepo totalmente con esa afirmación. La estadística proporciona datos bastante confiables y aproximados a la realidad, la mentira puede estar en los números que se hacen de dominio público, los cuales se alteran, pero de ninguna manera en los datos obtenidos.

Mentir mediante la publicación de encuestas lo podemos clasificar en dos grandes grupos: primero las mentiras en las que cuidamos nuestra reputación profesional y segundo las mentiras en las que no nos importa nada.

Algunas encuestadoras mienten, pero cuidan su reputación y juegan con los resultados, como se muestra en el siguiente cuadro.

CandidatoPreferencia RealPreferencia Falsa
El Asno de Chota12%15%
El Diplomático Burro14%11%
El Terruco del Altiplano8%6%
La Fumona Imperial10%7%
El Mantenido7%5%
Otras Bestias19%24%
No Sabe /Viciado30%32%
Total100%100%

Se puede apreciar que los porcentajes han sido modificados para favorecer al Asno de Chota pero sin exceder de 3 puntos la modificación, solo a la de Otras Bestias se le aumentaron 5 puntos, pero muy probablemente nadie lo tome en cuenta.

¿Este cuadro es matemáticamente factible? La respuesta es sí. ¿Es moralmente reprochable? La respuesta también es sí. ¿Los resultados de la encuesta lo obligan a usted a votar por determinado candidato? La respuesta es no.

Es usted, amigo lector, quien decide su voto, nadie lo obliga a usted a elegir entre el Asno o el Burro en primera vuelta, si usted, basado en lo que dicen las encuestas, decide votar por el Asno o por el Burro “para no perder su voto” el único culpable de ese error será usted. En conclusión, aprenda usted a votar por aquel candidato con el cual se sienta debidamente representado y no por el que va primero en las encuestas; en otras palabras, no se deje engañar.

Otro tema que usted debe considerar, amigo lector, al momento de tomar en serio los resultados de las encuestas, es el tamaño de la muestra, es decir el número de personas encuestadas; por lo regular las encuestadoras utilizan muestras de 1000 personas para el candidato a la alcaldía provincial de Lima, y no tengo ninguna observación a ello, sin embargo a partir de esas 1000 personas no se pueden establecer, con la rigurosidad que la estadística exige,  porcentajes de preferencia para los 43 alcaldes distritales. Por ejemplo San Juan de Lurigancho tiene alrededor de 800 mil votantes mientras que Santa María del Mar no llega a 20 mil y por esa razón que muchas veces que existen grandes diferencias entre los resultados reales y las encuestas a nivel distrital.

Quiero concluir este artículo con un mensaje para el elector: considere las encuestas como un dato curioso, No decida su voto en base a ellas, usted no sabe si la información que se presenta es real o está alterada, solo la alta cúpula de los partidos políticos conoce esa información.