Repercusiones en la coyuntura económica

Dos hechos vienen marcando la pauta en la coyuntura económica actual del país, en los dos primeros meses del presente año. En primer lugar, la presencia de una tercera ola de la COVID-19, con la variante “Omicron”, bastante contagiosa, menos letal, como está indicando la evidencia. El crecimiento de infecciones se incubó en los últimos días del año 2021 y explotó con fuerza en el mes de enero del 2022, aun no se disipa completamente, a la fecha. En segundo lugar, la planificada y bastante anunciada intervención militar rusa en territorio ucraniano. Ucrania país soberano de la Europa Oriental, hasta ahora estado independiente, ha visto violadas sus fronteras por el poderío militar ruso, bajo los frágiles argumentos de garantizar la seguridad frente a occidente, conflicto bélico con consecuencias imprevisibles para el futuro.

Ambos acontecimientos impactan, de distinta manera, en la economía peruana en el corto plazo. El Perú no es una isla está plenamente insertado en el concierto internacional, en los últimos veinte años ha tenido una presencia creciente en el comercio mundial, a través del mayor flujo de exportaciones y por supuesto por las compras que realizamos al mundo. El comercio internacional peruano tiene un peso sustantivo en la generación de riqueza y cualquier hecho, que altere las condiciones en el cual se desenvuelve repercute en la economía en su conjunto, exportamos bienes y servicios a Rusia y Ucrania, que podrían verse afectados.   

Así mismo, la COVID-19 en su variante “Omicron”, ha hecho realidad en el país una tercera ola de la pandemia, se manifestó con un virulento crecimiento de los contagios. El día 19 de enero se registraron 54,942 contagios, para alcanzar el pico de 59,470 contagios el día 21 de enero, para ir declinando hasta estos días, el día 23 de febrero de 2022, se registraron 3,012 contagios y 119 fallecidos por la COVID-19, en el país, según los reportes del Ministerio de Salud. Un hecho importante es que la letalidad de esta tercera ola, no ha sido alta, se han registrado lamentables pérdidas de vidas, pero no se han registrado las cifras altas y lamentables de la primera y segunda ola, en esto pudo haber incidido los avances en la vacunación de la población que ya supera el 70,0% con dos dosis de vacunas.

Esta tercera ola, ha afectado la economía por la velocidad de los contagios que provocó que un número importante de trabajadores contagiados se vieran obligados al descanso médico y cuarentena hasta recobrar la salud, reduciendo temporalmente con ello la fuerza laboral activa y por supuesto aumentando los gastos de bolsillo en salud, a lo cual se vio obligada a recurrir la población.

De otro lado, parece lejano el escenario de la guerra Rusia – Ucrania, pero los hechos nos dicen que estamos bastante cerca, incluso muchos compatriotas nuestros, peruanos emigrantes, se han visto afectados por la conflagración, con singulares escenas de pérdidas de su vivienda, patrimonio e incluso el peligro de muerte. Sólo estos hechos nos ponen muy cerca del escenario de guerra. Y por supuesto que la economía peruana sentirá los efectos de este conflicto, que nos señala cuan integrados al mundo nos encontramos.

El enfrentamiento Rusia – Ucrania ya ha generado impactos económicos a nivel mundial, así, los precios de la energía se han manifestado al alza, la cotización internacional del barril Brent de petróleo superó el día 27 de febrero, los US$ 101 dólares, nivel máximo de su precio en los últimos siete años. Las bolsas de la mayoría de países se vieron afectadas y registraron cifras negativas, se ha experimentado depreciación de las monedas de muchos países, con impactos diferenciados. Los precios de los insumos y alimentos como el trigo, maíz amarillo o soya, registran alzas importantes, que incidirán en la inflación, circunstancia que también se manifestará en el país, el alza de precios de los combustibles y la energía, repercutirá en los precios sensibles de la canasta de consumo de las familias.

Una ventaja muy importante para el país en este escenario de guerra es el incremento de las cotizaciones internacionales de los principales minerales: oro, cobre, plata, zinc, hierro. Para un país como el Perú, donde la actividad minera es sumamente importante, dichas alzas de precios traen un beneficio enorme, considerando que las exportaciones de minerales representan cerca del 60,0% de nuestras exportaciones totales, por la coyuntura, el país se vería beneficiado por un flujo importante de divisas.  Los acontecimientos cambian cada momento, su seguimiento es sustantivo para las previsiones en la coyuntura económica. No olvidar que podemos estar lejos, pero a la vez tan cerca del escenario de guerra, no perdamos de vista ambos lados de la realidad.