Kokomo

Muchos de nosotros recordamos la película “Cocktail” estrenada en el año 1988, protagonizada por Tom Cruise, cuyo tema musical principal era “Kokomo”, escrita e interpretada por la legendaria banda de rock estadounidense “The Beach Boys”. Esta canción describe el viaje de dos amantes a la utópica Isla de “Kokomo”, ubicada en los cayos de la Florida, para disfrutar de momentos de descanso y romance.

Aunque ustedes no lo crean, la semana pasada tomé una merecidas vacaciones en la Isla de Kokomo. Después de viajar siete horas y con un cambio de avión en Estados Unidos, aterricé en el aeropuerto internacional de Koko Bay. Después de pasar por migraciones y aduanas (con máquinas automatizadas para leer los pasaportes) me encontré viajando en una  camioneta con el timón a la derecha (sistema vial inglés) camino al hotel donde me alojaría los próximos días. Debo reconocer que llamó mi atención lo ordenado del tráfico y el estado impecable de las carreteras, sin un solo hueco.

Imaginen ustedes que los turistas que visitan nuestras maravillosas playas del norte, como Máncora o Punta Sal, puedan llegar directamente desde los Estados Unidos en un vuelo directo, sin tener que perder el tiempo en una escala en Lima. El potencial de turistas que estamos perdiendo es enorme.

En el hotel nos recibieron con la mejor disposición del mundo. Podrán decir que en todos los hoteles se recibe a los huéspedes con una buena actitud, pero en Kokomo se nota el esfuerzo adicional para hacer sentir a los turistas bienvenidos no solamente al hotel, sino al país. Debo reconocer que siento envidia al ver como los empleados del hotel, desde el recepcionista hasta el cocinero, trabajan en un solo sentido: hacer que el turista tenga experiencias memorables. También siento vergüenza al recordar los episodios que se dieron en Cusco hace unas semanas, cuando turistas argentinos se vieron atacados por malos peruanos, en medio del paro regional, recibiendo decenas de insultos y agresiones verbales entre ellas “lárguense del Perú”, “regresen a su país”, etc. Por supuesto a estos delincuentes -no encuentro otra palabra para describirlos- no les pasó nada. ¿Dónde están las autoridades para castigar a estos traidores del Perú?

Sabemos que algo malo está pasando en el Perú cuando en Kokomo nos sorprende recibir los saludos de “buenos días” o “buenas noches” de completos extraños que se cruzan con uno camino al comedor, a la playa o a la piscina. Les pregunto: ¿Cuándo fue la última vez que alguien les dijo buenos días cuando caminaban por una calle de su barrio? La falta de valores cívicos, de amabilidad o de cortesía brilla por su ausencia en una ciudad tan agresiva como Lima, en donde tenemos que estar a la defensiva todo el tiempo, temerosos que nos vayan a robar en cualquier momento o que un chofer de combi o taxista no tenga mejor idea que atropellarnos.

Según datos de la Organización Mundial de Turismo, el año 2019 Kokomo recibió 4.23 millones de turistas, nada mal para un país con una población total de 3 millones de personas y una superficie de 10,992 kilómetros cuadrados. El turismo representa el 20% del PBI del país.

Comparemos estos datos con los del Perú. En el año 2019 arribaron 4.4 millones de turistas al país, el cual tiene un población de 33 millones de personas y 1.28 millones de kilómetros cuadrados (116 veces más grande que Kokomo). El turismo representó el 3.9% del PBI del país. ¡Gracias a todos los que participaron en el paro regional!

Es difícil creer que gentuza como la que maltrató a los turistas argentinos en Cusco no entienda el potencial para generar riqueza que representa el turismo. En el año 2019, Kokomo obtuvo 3,700 millones de dólares en turismo. Ese mismo año, según cifras del ministerio de comercio exterior y turismo, el Perú recibió 5,300 millones de dólares. Una cifra por demás insignificante para el potencial de nuestro país.

Luego de disfrutar de playas con arena blanca, hacer kayac y bucear en aguas cristalinas nos esperaban casi una docena de restaurantes todas las noches para la cena. Debo reconocer mi decepción al saber que había comida italiana, japonesa, griega, francesa pero no comida peruana. Le pregunto a la gente de Promperú: ¿Por qué no pueden hacer una campaña entre los hoteles del Caribe (sin ir muy lejos) para promocionar nuestra cocina gourmet, en lugar de gastar millones de dólares en comprar premios en Dubai? ¿No creen que sería más rentable y eficiente?

Luego de pasar unas merecidas vacaciones y esperando la salida de mi vuelo a Perú, reviso las ediciones digitales de los periódicos más importantes de nuestro medio. Entre las principales noticias podemos resaltar: el escandaloso presunto plagio de Castillo y su esposa en su tesis de maestría, los presuntos negociados en el MTC cuando Juan Silva era ministro de la cartera, el aparente ocultamiento por parte de Palacio de Gobierno de las 43 visitas que recibió Castillo de parte de sus sobrinos, los 122 funcionarios con graves cuestionamientos nombrados durante el gobierno de Castillo, etc.

Acaban de anunciar la salida de mi vuelo, y luego de leer todos los titulares y saber lo que me espera en Lima, estoy tentado a perder el vuelo y quedarme una temporada más larga. Pero como eso no es posible, me dirijo resignado al avión con la esperanza que cuando aterrice, haya pasado un milagro en Perú y Castillo ya no sea más presidente.

Dicho sea de paso, una de las noticias que leí antes de subir al avión trataba sobre la disminución de la delincuencia en El Salvador, gracias a las políticas adoptadas por su presidente Nayib Bukele. Parece que Bukele está haciendo lo que se tiene que hacer en El Salvador y solucionando los problemas de inseguridad en el país. ¿Por qué será que tiene a la mayoría de las organizaciones que supuestamente defienden los derechos humanos en su contra? Eso ya lo analizaremos en otro artículo.

Los dejo con una frase del inmortal Bob Marley: “No sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es la única opción”.

Sígueme en Twitter en @urilandman para hacer llegar nuestra voz a todo el Perú.