
El Banco Central de Chile, presidido por Rosanna Costa, anunció una intervención cambiaria y de este modo consiguió frenar el debilitamiento del peso.
Según Gabriel Casillas, economista en jefe de Barclays para América Latina, lo que tienen en común los países andinos es un deterioro de la cuenta corriente y un escenario de alta incertidumbre política.
“En el caso del Perú y Chile los precios del petróleo, que normalmente importan, se han quedado altos y, en cambio, los precios del cobre –principal producto de exportación– se han desplomado”, dijo.
Ambos “están enfrentando problemas políticos tremendos”, explicó desde Nueva York. Apuntó que los dos países se están desacelerando muy rápido.
LA CRISIS EN CHILE
El presidente Gabriel Boric tiene hoy una aprobación menor a 40 puntos, según las encuestas. Recientemente, la depreciación del peso chileno llevó al Ministerio de Hacienda a anunciar la venta de US$5 mil millones para contrarrestar el alza del dólar a finales de junio. El impacto de la decisión fue mínimo en el mercado cambiario. El jueves, el ente emisor concretó una intervención cambiaria y el efecto fue inmediato: el dólar comenzó a debilitarse. “El Banco Central no quería intervenir. No le gusta, le gusta mucho el régimen de libre flotación… (En Chile) llevaban años con el tipo de cambio de $400 a $600 y de repente se ve un tipo de cambio por arriba de $1000″, añadió el economista en jefe de Barclays. “Los empresarios están ‘cero inversión’ porque no saben si habrá expropiaciones”, dijo.