La silla turca: el límite de lo absurdo

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En los cursos de matemáticas, es inevitable no llegar a los principios del calculo infinitesimal. En ellos se analiza una mínima proporción de una dimensión y cómo ese estudio nos lleva a una reflexión mayor cuando se compara contra un objeto en movimiento o algún cambio que nos interese evaluar. Imaginemos, podríamos tomar una unidad de medida: un milímetro. Podríamos tomar también la mitad del milímetro, o una décima parte del milímetro o tal vez una milésima parte de un milímetro.

Elegida una unidad de medida, comienza el verdadero análisis respecto de aspectos prácticos. Si eligiéramos una unidad de medida muy pequeña y eligiéramos que un objeto partiera del punto A al punto B y ponemos la premisa de que cada vez que avance, recorra la mitad de la distancia que le quede hacia el punto B, entraríamos a la paradoja absurda de que probablemente no se podría llegar al punto B y en teoría, siendo infinitas las unidades de medida, conforme vayamos eligiendo unidades de medida más pequeñas, lo corroboraríamos. Siempre habría “más espacio” pendiente de recorrer.

Otra paradoja que nos lleva igualmente a una conclusión errada, es en la que se comparan 2 móviles. En la teoría propuesta por Zenón (490–430 AC), en la que van entre 2 puntos A y B,  Zenón elige 2 participantes: a un guerrero y a una tortuga, es decir un corredor mas rápido y uno mas lento. La paradoja se presenta en el hecho que desde el análisis infinitesimal el corredor mas rápido no puede pasar al mas lento, ya que el perseguidor debe primero llegar al punto donde comenzó el perseguido, de modo que el más lento siempre debe tener una ventaja.

Ambos casos son conocidos como las Paradojas de Zenón de Elea, planteadas en la Antigua Grecia.

En la práctica, en el primer caso descrito líneas arriba, siempre un objeto que recorre la distancia entre los puntos A y B, invariablemente llegará a su meta si no llegara a detenerse en el camino.

De igual manera, en el segundo caso, el participante más rápido, si su velocidad es constante y no cambia de trayecto, el móvil más rápido pasará al móvil mas lento en algún momento del camino.

Volviendo a nuestra triste realidad política, en los últimos meses y semanas, hemos visto con desconcierto, como se abren páginas y nuevas páginas de destapes, de escándalos y más escándalos, de libretos que no soñábamos ni en nuestras peores pesadillas y diera la sensación que ya no se puede quedar mas asqueado y a la mañana siguiente hay una situación peor que la anterior y comenzamos a preguntarnos cuál es el límite.

Para ti mi reflexión: Pedro, el inquilino de Palacio. No creo equivocarme en que las Paradojas de Zenón, no funcionarán para tu Gobierno. El límite de lo absurdo de esta situación, concluirá con el llamado de la Justicia a tu puerta.

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