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N.B.1.- El 12 de setiembre de 2022 terminó un ciclo nefasto para la mente de los peruanos con la doble celebración de los 30 años de la captura del mayor asesino jamás nacido en el Perú, el genocida, felizmente ya muerto, Abimael Guzmán (ni sus parientes quisieron recoger su cadáver) y la elección en el Congreso (ahora sí Congreso) de la República del nuevo Presidente de la mesa directiva. Se trata del general (r) y congresista José Williams Zapata, ex jefe del Comando Conjunto (2006) y del entonces Comando Élite “Chavín de Huántar” (1997) el de la memorable acción militar de rescate de 72 rehenes. Hoy se estudia en todas las academias militares de Occidente, incluyendo West Point.
Empieza una nueva etapa con la intervención de Dios, como fue en la época de Velasco Alvarado, década de 1970 (fui testigo porque hacía mis pininos en temas políticos). Se metieron los comunistas con Él. Velasco se enfermó y Dios se lo llevó. Ahora la conclusión es la misma: el desgobierno comunista ofende al Cielo y se le voltea el tablero.
Los policías cumplen con su deber por encima de los intereses personales del zángano; los héroes de la captura del creador de sendero luminoso abandonan la ceremonia celebratoria en su honor al ver llegar al zángano y su comitiva. Poco a poco se irán restaurando las heridas de los peruanos dejadas por la debacle gubernamental comunista y también procubana traídas por pobres diablos cubanos y también peruanos. Patrocinaron comunistas desde 2016 para asaltar el poder político, aunque sea con trampa (Vizcarra y su séquito, Sagasti – Salas Arenas / Crovetto – Castillo, Torres y todos los que han pasado y ahora están en el gobierno).
N.B.2.- No será fácil recuperar la buena imagen del Perú luego de rescatarlo de a pocos de la mano del comunismo, pero nuevamente, como antes, se hará tangible. Y todo comienza por el poder legislativo y el poder judicial, más la voluntad de las FFAA de servir a la patria por medio del fiel cumplimiento de la Constitución Política del Perú.
No creo que importe si el tal P. Castillo viva o no por ahora en Palacio porque la historia del Perú ya empezó a cobrarle la factura.
Siendo un ignorante va a tener que hilar muy fino si es que se le ocurre dialogar con el Presidente del Legislativo.
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