La actividad minera y el crecimiento económico

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En la historia económica de la humanidad la actividad minera ha jugado un papel sustancial, dicha actividad ha marcado la pauta del progreso de los pueblos, desde la edad de bronce, la edad de hierro, marcaron el derrotero del progreso hasta nuestros días. Los minerales y tierras de distinta naturaleza han proporcionado al hombre la materia prima para la construcción de los elementos de su hábitat, cobijo, vivienda, utensilios, equipos, sin los cuales la vida del ser humano sería difícil. La minería proporciona los insumos básicos para el progreso de las industrias de diferente naturaleza como, del acero, aluminio, el cemento, la cal, el yeso, la industria de monedas, joyas de oro y plata, de vehículos, maquinarias, herramientas, motores, medios de vida imprescindibles.

Muy difícil que las sociedades progresen sin el aporte de dichos elementos, la actividad minera los provisiona, no se puede prescindir de ellos, lo cual, a la vez, nos hace reflexionar, que su explotación también debe preservar el medio ambiente, con un aprovechamiento responsable y sustentable, particularmente en el Perú, que tiene como parte de las potencialidades de su territorio, el ser atravesado en su extensión por la Cordillera de los Andes, que en sus entrañas ha guardado y guarda inmensas riquezas mineras, que son necesarias para nuestro desarrollo, y por supuesto del mundo, y allí tenemos una ventaja competitiva, por aprovechar.

La actividad minera en el Perú, tiene una historia de siglos, un recurso natural que alimentó la modernidad y el progreso, los antiguos pobladores de esta parte del mundo manejaban y transformaban los metales dándoles un uso ceremonial y en esa práctica reflejaban el espíritu de jerarquía que los mandatarios exhibían en señal de autoridad e incluso de divinidad. Cuando el nuevo mundo fue invadido por las fuerzas de la conquista, la ambición por el oro y la plata del Perú antiguo se convirtió en ambición desmedida, explotación de por medio, esta riqueza de los Andes peruanos significo un aporte para la modernidad y el desarrollo del capital en distintas latitudes.

En el Perú moderno de hoy la minería aporta sustantivamente a la producción nacional, añade el 14,5% del PBI peruano, genera empleo directo de alrededor de doscientos mil trabajadores e indirectamente dinamiza el empleo y los ingresos en otras actividades económicas, por las naturales relaciones y encadenamientos intersectoriales con otros sectores. En el último siglo, la actividad minería ha aportado al crecimiento económico del país en forma importante, su aporte representa cerca del 60,0% de nuestras exportaciones que, a su vez, provisionan divisas con un impacto positivo en la economía en su conjunto. En los últimos setenta años, se han registrado periodos de crecimiento de la actividad minera y de hidrocarburos con tasas elevadas que han incidido en el mejoramiento de las condiciones de vida de la población. 

En el periodo 1951-2020, en siete décadas, la actividad de extracción de petróleo y minerales creció a una tasa media de 3,8% cada año, tasa superior al crecimiento promedio de la economía total, que lo hizo en 3,6% anual, en el mismo periodo,[1] registrándose tasas de crecimiento de la actividad minera bastante dinámicas, como en las décadas de 1951-1960, con un crecimiento promedio anual de 9,0%,  en la década siguiente, 1961-1970, creció a una tasa media de 4,0%, en la década 1971-1980, la actividad creció en promedio 7,4% cada año, en la década perdida 1981-1990, la minería se contrajo en -4,0%, en un periodo de crisis económica e hiperinflación.

La actividad se recuperó en las dos décadas siguientes, creciendo a un promedio de 4,0% anual entre los años 1991-2000, y en 5,0% en la década 2001-2010. En la última década 2011-2020, la velocidad de crecimiento se redujo a 1,3% promedio anual, por múltiples factores que debilitaron la economía, incluso en periodos de auge en el precio de los metales. Estas cifras confirman la trascendencia de la actividad minera para el desarrollo del país, por su aporte al PBI, porque dinamiza otras industrias y servicios, y lo importante, agrega bienestar a las familias peruanas, directa o indirectamente. La dicotomía agricultura-minería, es una falacia, son actividades que bien se complementan, han convivido por siglos, y lo harán, aún más, con crecimiento responsable y sostenible, apostemos por ello.


[1] INEI Estadísticas del Bicentenario. Lima, junio 2021.

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