La Narrativa y los Golpistas

En el colegio nos enseñaron, en el curso de lengua, que la narrativa es un género literario empleado por el autor, para describir una secuencia de hechos ocurridos en un tiempo y espacio determinados. Los hechos narrados pueden ser reales o ficticios y el narrador puede ser o no, parte de los mismos.

En política, la narrativa es algo distinto. En lugar de describir los hechos como se presentan, se busca que la narración de forma e impacte en la comprensión de la realidad. Dicho de otro modo, es una herramienta empleada por periodistas o figuras políticas, que pretenden construir las perspectivas de las personas dentro de su entorno y alterar la percepción de la realidad de acuerdo a su propia visión de la misma.

Analicemos la forma en que comunistas y caviares han perfeccionado la narrativa política, hasta el punto de crear una meta-realidad de acuerdo a su agenda totalitaria.

La semana pasada, todos fuimos testigos de la violencia con la que se desarrollaron las manifestaciones tanto en Lima como en provincias.

Hemos visto a través de los medios, como una horda de vándalos y delincuentes, han ingresado y destruido parte de las instalaciones de los aeropuertos de Puno y Arequipa e intentado tomar el aeropuerto de Cusco.

Asimismo hemos presenciado como una turba de inadaptados atacó a la Policía en el Centro de Lima. Estos sujetos agredieron con palos, piedras, hondas y explosivos a los custodios del orden. A consecuencia de estos ataques, un agente quedó con el brazo perforado y otro con la mandíbula destrozada. Ambos efectivos tuvieron que ser evacuados de emergencia ante la gravedad de sus lesiones.

También presenciamos la destrucción de la propiedad pública y privada. Según la Municipalidad Metropolitana de Lima, se destruyeron miles de metros cuadrados de aéreas verdes, 75 postes fueron dañados, así como 800 metros de veredas; además robaron 15 tapas de buzones y pintarrajearon 1,200 metros cuadrados de paredes. Todos estos daños ascienden a más de 800 mil soles.

En una escena dantesca, vimos cómo el fuego consumió hasta sus cimientos un inmueble ubicado en el cruce de jirón Carabaya con jirón Lino Cornejo, a pocos metros de la Plaza San Martín. Nos causó mayor indignación todavía que los vándalos y delincuentes trataron de impedir el ingreso del Cuerpo de Bomberos de Lima para que puedan apagar el incendio.

Lo descrito anteriormente, son los hechos tal y como sucedieron. Sin embargo, un grupo de “iluminados”, integrado por la prensa alternativa, caviares, políticos de izquierda y filo terroristas, salieron con fuerza a través de todos los medios de comunicación para imponer su narrativa de los hechos y la realidad.

Para ellos las marchas violentas en las cuales se destruyó propiedad pública y privada, se atacó con piedras, palos, hondas y cartuchos de dinamita a la Policía, son marchas pacíficas; solamente que nosotros estamos equivocados. Este grupo acusa a la Policía de salir a las calles a matar al pueblo, cuando los hechos son que grupos violentos han atacado los aeropuertos e inclusive quemado vivo a un policía dentro de su patrullero.

Basta ver los noticieros en nuestro país o leer los comentarios en las redes sociales de estas personas que no quieren a nuestro Perú, para darnos una idea del impacto de la narrativa comunista. Para citar unos breves ejemplos: tenemos una conductora de televisión que cuestiona a la Policía por disparar en defensa de sus propias vidas y como último recurso ante el ataque de los subversivos. Seguramente para ella la Policía debe permitir que los vándalos los ataque y mate.

Cuando la periodista Rosa María Palacios afirma: “Una protesta con piedras, hondas, palos, botellas, cartones y llantas incendiadas no es terrorismo”, desde aquí le pregunto ¿qué cosa es? Una piedra arrojada con una honda o una botella con gasolina (bomba molotov) pueden causar tanto daño como una bala.

Otro ejemplo lo encontramos en las publicaciones de Verónika Mendoza, quien afirma “que se está masacrando a nuestro pueblo” en relación al accionar de la Policía, o cuando miente diciendo que las personas que tomaron la Universidad de San Marcos, habían llegado a Lima para manifestarse de manera pacífica.

Así podemos mencionar una larga lista de pseudo periodistas y  políticos de izquierda, como Sigrid Bazán, Guillermo Bermejo, Raúl Noblecilla, Roberto Sánchez, Susel Paredes, Lourdes Huanca etc.; que quieren crear su meta-realidad, en la cual los subversivos no son subversivos, donde las marchas violentas son pacíficas, donde los policías heridos y muertos no existen y donde un pequeño grupo de radicales de izquierda impone su visión totalitaria a los 32 millones de peruanos por nuestro propio bien.

Cuando los patriotas salimos a marchar de manera pacífica en contra de Castillo nos tildaron de golpistas. Yo les pregunto entonces ¿cómo llamar a los que quieren “Tomar Lima” por la fuerza, liberar al golpista Castillo e imponer su agenda comunista? ¿Acaso ellos no son los golpistas al tratar de sacar a la presidenta Boluarte del Gobierno?

No nos dejemos engañar. Nuestra patria está en peligro. Recordemos las palabras del libertador José de San Martín: “Cuando la patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla”. Defendamos el Perú con todas nuestras fuerzas.

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