

En el mes de enero del presente año la economía peruana se vio seriamente afectada por la conflictividad social, por demandas insatisfechas de segmentos importantes de la población, demandas muchas veces postergadas, también, como consecuencia de factores políticos y la gran inestabilidad que genera, circunstancia que vamos viviendo ya, por varios años. Al inicio del 2023, las principales actividades económicas sufrieron un retroceso, que devino en un comportamiento negativo de la producción nacional. Ésta disminuyó en, -1,1%, en el primer mes del año[1], este resultado quiebra el periodo positivo de veintidós meses de crecimiento consecutivo de la producción nacional, por la contracción de los sectores productivos: Construcción, Telecomunicaciones, Minería e hidrocarburos, Financiero, el Transporte, por el contrario se registró crecimiento en otros sectores productivos.
En el mes de enero 2023, el impacto negativo de los factores adversos, se reflejó también en el comportamiento de algunos componentes de la demanda interna, como la inversión en construcción que registró una disminución de -11,7%. De otro lado, las exportaciones disminuyeron en -27,97%, lo cual marca un momento de depresión en la demanda externa, principalmente por la caída en las exportaciones mineras, cuyo sector, en el mes de enero, sufrió graves restricciones para operar. Los efectos negativos se exhiben por muchos lados.
El Perú aún no ha logrado superar este periodo, ya largo, de recibir impactos de shocks internos y externos que afectan a la economía. En el año 2020, la pandemia de la Covid-19, fue un shock para la salud, que encontró a un país desprotegido en recursos, enrostrándonos la triste realidad de tener enormes déficits para atender la emergencia sanitaria. Sufrió gravemente la salud de los peruanos, también la economía, por las medidas demasiado restrictivas a la actividad económica, que propicio una caída espectacular del PBI, de -11,0% en el 2020, para recuperar lo perdido en el 2021, y marcar un periodo de dos años de casi nulo crecimiento de la economía, se estima el PBI creció apenas 1,0%, frente al año pre pandemia. En el año 2022, el PBI peruano creció débilmente en 2,7%, muy por debajo de los pronósticos iniciales, y con poca incidencia para las mejoras sociales que requiere la población.
En el año 2023, la situación político y social del país dio paso a una gran conflictividad social, paros, movilizaciones, ataques a la propiedad pública y privada, circunstancia que ha tenido un efecto inmediato: deprimir la economía, hecho que se refleja en la cifra negativa de la producción nacional del primer mes del año. Esta circunstancia social se alargó al mes de febrero, para ir declinando a lo largo del mes, en que se observó una disminución de los conflictos sociales, sin calma total, pero diminución al fin.
Los grandes perjudicados han sido los trabajadores dependientes e independientes, principalmente estos últimos, gran mayoría en el país, que se vieron impedidos de llevar el sustento a sus hogares, al no poder ir a sus centros de labor, con la regularidad por las restricciones a la movilidad en muchos puntos del país. En el mes marzo, no se detuvieron los momentos adversos, la desgracia se agudizó con la irrupción del ciclón Yaku, que ha provocado un desastre en el norte y centro del país, por las lluvias, deslizamientos, huaicos, que han traído enorme daño a la red vial, viviendas afectadas, derruidas, pérdidas en el patrimonio de las familias, y enorme daño a la infraestructura social, cuya recuperación es prioridad para el gasto público.
Todos estos factores en definitiva van impactar negativamente en los resultados del crecimiento económico en los primeros meses del año. Estos hechos graves que sufre el país, como aquellos provocados por el cambio climático, y otros negativos de naturaleza social y política, van a incidir en los indicadores de la economía, por su sensibilidad a estos factores adversos. La economía necesita crecer, el flujo de recursos orientado a la reconstrucción debe ser una medida que contrapese los impactos negativos y pérdidas provocadas, y generar señales positivas para reactivar el sector privado. La economía peruana tiene grandes fortalezas, aprovechémosla, elevando el grado de resiliencia, y nuestra intacta capacidad de respuesta frente a la desgracia.
[1] INEI Informe Técnico de la Producción Nacional, enero 2023. Lima, marzo 2023.