

La semana pasada hemos sido testigos de cómo la falta de prevención por parte de la población y de la inacción y desidia de las autoridades, se combinan peligrosamente para crear la tormenta perfecta.
Cerca de 70 fallecidos, la destrucción de casas, colegios e infraestructura urbana como puentes y pistas por huaicos en la costa norte y en Lima, nos enseña una vez más que el gran problema de nuestro país es la falta de una visión a futuro y la ausencia de autoridades para hacer cumplir las leyes.
El problema del ordenamiento territorial es sumamente largo y complejo, por lo que me enfocaré solamente en dos puntos: la falta de conciencia por parte de la población y la complicidad de las autoridades locales, en su búsqueda de réditos políticos.
Una de las zonas seriamente afectadas por los huaicos la semana pasada se llama Río Seco y se encuentra muy cerca de Lima. Según relatan sus habitantes, es una quebrada que se activó ante las lluvias, lo que causó el deslizamiento de lodo y piedras, que se llevó todo a su paso. Si bien es cierto que estos pobladores necesitan toda la ayuda de las autoridades para reconstruir sus vidas, lo primero que debemos cuestionar es: ¿por qué construyeron sus casas en una zona que se llama Río Seco? ¿Acaso el nombre de Río Seco no les dijo nada?
La zona se llama Río Seco porque hace cuarenta años allí pasó el río, según narran los mismos pobladores. Eso nos debería dar un indicativo de que la naturaleza eventualmente regresará a su estado original y el río retomará su cauce.
¿Se le ocurriría a alguno de ustedes construir su casa en una zona que se llama Volcán Dormido o Quebrada Inactiva? A mí no se me ocurriría, ya que es cuestión de tiempo para que se despierte el volcán o se active la quebrada y destruya todo a su paso, incluyendo lo más preciado que tenemos: nuestras familias y nuestras casas.
Mientras de un lado tenemos la falta de responsabilidad de la gente, que construye sus casas en zonas de altísimo riesgo -y que en su mayoría de veces son zonas intangibles donde están prohibidas las construcciones-, del otro lado tenemos a los alcaldes otorgando títulos de posesión y propiedad a estos pobladores con el afán de conseguir sus votos en las elecciones municipales.
No es coincidencia que uno de los distritos más afectados por este desorden urbano, en donde las casas se han construido al borde del río, en las quebradas, o en los cauces secos, sea el distrito de Chosica. Desde el año 1993 hasta el año 2018, durante 25 años, fue alcalde Luis Bueno Quino. Sería interesante que la municipalidad de Chosica informe cuántos títulos de posesión o propiedad otorgó durante esos 25 años y cuántas de las casas destruidas por los huaicos la semana pasada corresponden a esos títulos otorgados.
El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, solicitó al gobierno central que declare intangibles las quebradas en todo el país, con el fin de que no se sigan construyendo viviendas en zonas de alto riesgo. Además, esta ley permitiría desalojar a quienes ocupen zonas de alto riesgo poniendo en peligros sus vidas.
Estoy seguro que esta ley, extrema pero necesaria, nunca será aprobada por el Ejecutivo y menos por el Congreso, ya que sería altamente impopular e iría en desmedro de la aprobación, por parte del pueblo, de ambos poderes del estado.
Si creen que el ciclón Yaku o el Fenómeno del Niño fueron los causantes de la tragedia que hemos vivido, desde esta columna les digo que están equivocados. Los verdaderos responsables de las muertes y destrucción en todo el país, son los gobernantes que hemos tenido.
¿Recuerdan a Martín Vizcarra, cuando anunció en una conferencia de prensa en el año 2018 que el Reino Unido e Irlanda del Norte se habían adjudicado las obras de gobierno a gobierno para la reconstrucción con cambios?
En esa conferencia de prensa, Vizcarra afirmó que las ciudades de Tumbes, Piura, Lambayeque y La Libertad tendrían drenajes pluviales para no sufrir nuevamente por las inundaciones del próximo Fenómeno del Niño. Han pasado cinco años y nada se ha hecho al respecto. Ninguna ciudad de la costa norte tiene desagües pluviales y todas se han inundado nuevamente. Ello a pesar de que la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARRC) ha tenido un presupuesto de 26,000 millones de soles para ejecutar estas obras.
En estos cinco años, la ARRC ha utilizado solo el 57% de su presupuesto, lo que representa 10,300 millones de soles. De ese total, 4,000 millones se fueron en gasto corriente como la contratación de personal. A marzo del 2023 hay 217 obras paralizadas o suspendidas. Durante sus cerca de seis años de existencia, la ARRC ha gastado 11 millones de soles en “consultorías” y 2.5 millones de soles en la creación de correos electrónicos institucionales, mientras que la población vive expuesta a la inclemencia de la naturaleza.
¿Dónde están los izquierdistas, a quienes les encanta culpar a la derecha de todos nuestros males?
Desde que se creó la ARRC a la fecha, todos los gobiernos han sido de izquierda, desde Vizcarra, pasando por Sagasti, hasta Castillo.
Mientras que la empresa privada ayuda a los damnificados a través de la campaña “Con Punche Perú Solidario”, entregando miles de canastas con víveres, alguno de ustedes ha visto a las luchadoras sociales Verónika Mendoza, Indira Huilca, Marisa Glave o Lucía Alvites ayudando en algunas de las cientos de ollas populares. Yo no he visto a ninguna de ellas.
¡Fuerza Perú!
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