El Padrino

Para muchos amantes del cine, El Padrino es considerada una de las mejores películas de la historia, sobre todo en el género de los gánster y la mafia ítalo-americana.

El filme, es una adaptación del libro de Mario Puzzo “El Padrino”, quien a su vez, basó la historia en la familia italiana Mortillaro. Fue dirigida por Francis Ford Coppola, quien junto con el mismo Puzzo, adaptó el guion de la novela.

Ambientada entre los años 1945 a 1955, cuenta la historia de los jefes de una poderosa familia criminal de Nueva York, liderada primero por Vito Corleone, -protagonizado magistralmente por Marlon Brando-, y luego por su hijo menor, Michael Corleone, interpretado por un joven Al Pacino.

Los estudios Paramount compraron los derechos del libro de Puzzo en ochenta mil dólares y tuvieron un presupuesto de seis millones de dólares para realizar la película. Al poco tiempo de su estreno, “El Padrino” se había convertido en la película más taquillera de su época, con una recaudación de doscientos cincuenta millones de dólares.

Sería injusto de mi parte tratar de narrar la trama de la película, por lo que los invito a verla nuevamente; sin embargo quiero recordar junto con ustedes una escena que retrata el tema que voy a tocar en esta columna. 

La escena comienza cuando se celebra la boda de Connie, hija de Vito Corleone. Según la costumbre familiar, todo siciliano debe atender las peticiones que le hacen el día de la boda de su hija. Por este motivo, Don Vito es visitado por su paisano Amerigo Bonasera, dueño de una funeraria. Este le pide ayuda a Don Vito para vengar el ataque que sufre su hija a manos de su novio y un amigo, cuando se niega a tener relaciones sexuales. Bonasera le ofrece dinero a Corleone para que mande a matar a ambos jóvenes en vista que no había encontrado justicia con las autoridades.

Vito Corleone se enfada con Bonasera ya que, según afirma, no son asesinos a sueldo y además su hija no estaba muerta. Sin embargo acepta castigar a ambos jóvenes dándoles una merecida paliza por haberle faltado el respeto a la hija de Bonasera. Antes de retirarse Bonasera, Corleone le recuerda que está en deuda con él y que algún día, puede que ese día nunca llegue, podría solicitarle un favor a cambio de este.

Si pensamos que esto solo pasa en las películas, estamos muy equivocados. En la vida, real los favores también se pagan con favores y muchas veces se hace al margen de la legalidad.

Hace unos meses, el Tribunal Constitucional emitió la sentencia 74/2023 en donde declaraba fundada la demanda competencial presentada por el Congreso de la República. En términos simples, el Tribunal Constitucional indica que el Congreso tiene ciertas prerrogativas por ley que no pueden ser cuestionadas por el Poder Judicial.

Además exhorta al Parlamento a modificar el artículo 99 de la Constitución, que enumera a los altos funcionarios que pueden ser acusados por la comisión permanente ante el Congreso, por infracción a la constitución y por todo delito que comentan en el ejercicio de sus funciones. Según el TC, en dicha lista deben estar incluidos los jefes de los organismos electorales como el presidente del Jurado Nacional de Elecciones.

Ante esta sentencia del TC, el cuestionado presidente del JNE, Salas Arenas, salió en todos los medios ya que según él “atenta contra los principios básicos de la Constitución, entre ellos la autonomía de los organismos electorales”.

Dicho de otra manera, para Salas Arenas, el presidente del JNE no le tiene que rendir cuentas al Congreso, como lo hace el presidente, los ministros, los jueces supremos, los miembros del TC, entre otros funcionarios de alto nivel. En esta columna nos preguntamos: ¿Por qué el presidente del JNE se considera intocable?

Recordemos que Salas Arenas fue elegido presidente del JNE el 12 de noviembre del año 2020, siendo presidente de la república Martín Vizcarra.  

Fue una coincidencia que siendo presidente del JNE, Salas Arenas le permitió al vacado Vizcarra ser candidato al congreso en las elecciones del 2021.

Fue Salas Arenas quien se negó a aceptar una auditoria internacional antes las sospechas de fraude en las elecciones presidenciales del año 2021 donde salió elegido Pedro Castillo.

Seguramente es otra coincidencia que el JNE, presidido por Salas Arenas, haya autorizado la inscripción del partido político Perú Primero, de Martín Vizcarra, quien había sido inhabilitado por el congreso para ejercer cualquier cargo público. Dicha inhabilitación también se extiende a participar en procesos electorales por 10 años.

Estoy seguro que ahora entendemos la frase de “favor con favor se paga” y podemos afirmar que nuestras sospechas de irregularidades en los organismos electorales tienen fundamento.

En la película, Vito Corleone dice: “le voy a hacer una oferta que no podrá rechazar”, refiriéndose a un “favor” que le pedirá a un productor de Hollywood.

En la política, los favores se pagan con obras públicas, puestos en el Estado y corrupción generalizada. Exijamos a todo funcionario público que rinda cuenta de sus actos.

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