Alertas en materia económica

Las cifras oficiales del comportamiento de la Producción Nacional en la primera mitad del presente año señalan su disminución en -0,45%[1], esta cifra es una alerta sobre los factores negativos que están en la base de la marcha económica del país. Los efectos de la pandemia de la COVID-19 están aún presentes, no se ha reactivado plenamente la demanda interna que sigue deprimida, el consumo privado de las familias camina débil y la inversión, principalmente la inversión privada, transita por un sendero difícil. En el año 2022, la inversión privada, motor del crecimiento económico, generadora de empleo, se redujo en -0,3%, y a fines de este año 2023, se estima se reduciría en alrededor del -3,0%, aunque existen cifras más pesimistas.

En el primer trimestre del presente año,[2] la inversión total del país cayó en -8,5%, en ello incidió la reducción de la inversión pública en -1,4% y, especialmente la inversión privada, que disminuyó en -10,0%. Los resultados del primer semestre del presente año no son los mejores, los principales componentes de la inversión se han contraído, como el caso de la construcción, en los primeros seis meses del año, disminuyó en -8,97%, impulsado por una reducción del consumo interno de cemento en -14,9%, por el menor nivel de ejecución de obras.

La actividad industrial del país cayó en -6,03% en el primer semestre 2023, disminuyendo las actividades primarias, en -2,17%, así como la producción no primaria que se redujo en -7,16%. En esta última se registra disminución de la fabricación de productos metálicos para uso estructural, en -11,14%, fabricación de cemento cal y yeso en -12,75%, además, se redujo la producción de bienes de capital en -7,21%.

Sin mayor inversión, principalmente privada, muy difícil que los motores de la economía se reactiven y agarren velocidad. Es verdad que los conflictos sociales de inicio del año, los fenómenos climatológicos que hemos vivido, y un no tan auspicioso escenario internacional, incluso con alzas de precios, han afectado la economía. Pero en este respiro en la coyuntura política, laza conflictividad social, los incentivos a la inversión con el respeto a la normatividad y reglas del mercado, así como mensajes positivos a los agentes económicos que generen estabilidad y buenas expectativas, son importantes. Por supuesto atacar el principal problema ciudadano, la delincuencia. La seguridad es prioridad, ésta genera tranquilidad y adecuado clima de negocios, la lucha debe ser frontal contra todo tipo de delitos, especialmente las extorsiones a los pobladores, pequeños empresarios emprendedores, mediano o gran empresario.      

Recapitulando, en el primer semestre del año el PBI peruano disminuyó en -0,45% comparando sus resultados con similar periodo del año anterior, haciendo difícil encausar el tan anhelado crecimiento económico que esperan las empresas y las familias. No son únicamente los impactos adversos de factores climáticos, como el “Yaku”, el fenómeno de El niño, o los conflictos que apabullaron al país entre diciembre del año 2022 y los primeros meses del presente, que han afectado la economía, sino también acciones que afectaron la inversión, o falta de estímulos a la inversión privada, que al tornarse negativa impactará en menores niveles de producción en el presente año, cuya historia ya está casi escrita por lo vivido en la primera mitad.

Se estima que en el 2023 el PBI peruano crezca entre 1,5% y 2,0%. Cifra magra, frente a la gran necesidad de mejorar las condiciones de vida de la población y reducir pobreza, objetivo lejano de conseguir, al menos en estos meses que faltan. Pero seguirá siendo objetivo principal para los años que vienen, siguiendo las enseñanzas del pasado, el crecimiento económico es el principal ingrediente para reducir la pobreza, que ahora afecta a 9,2 millones de peruanos.


[1] INEI Informe Técnico Producción Nacional, junio 2023. Lima, agosto 2023.

[2] INEI Informe Técnico Producto Bruto Trimestral, marzo 2023. Lima mayo, 2023.